1 de Julio – Gripe

«Así que, amados, ya que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda impureza de cuerpo y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.» 2 Corintios 7:1
Gripe
La Gripo no perdona. La enfermedad no discrimina, y afecta a grandes y chicos, ricos y pobres, buenos y malos. Te descuidas un poco, y cuando comienzan los primeros síntomas, ya es muy tarde. Estás enfermo.
Comienza con algo de tos, dolor en la espalda, mucosidad o fiebre. Pero cuando ves esto, ya tienes gripe. Y según los especialistas, solo se cura con 7 días de reposo o una semana en cama. Me agarro muy fuerte un jueves y el viernes no fui a trabajar. Pero no se podia seguir faltando, así que regrese el lunes al trabajo.
Sin embargo, los síntomas persisten. Hasta eliminar todas las impurezas del cuerpo, cuando te agarra gripe, te seguís sintiendo mal. Pablo no era medico, pero sabia que mientras haya en el cuerpo impurezas extrañas, la salud de la persona no va a mejorar.
Este proceso de mejora, Pablo lo lleva a la vida espiritual que aunque no sea afectada por la gripe, tiene también momentos de impureza que afectan el normal desarrollo de la misma. El objetivo del cuerpo sano para Dios, es un cuerpo libre de pecado. Dios llama a esto santidad. Por eso, Pablo nos pide que nos limpiemos el cuerpo y el espíritu de todas aquellas cosas que nos dañan, ensucian o alejan de Dios.
¿Cómo hacemos para limpiar el cuerpo de impurezas? Para hacerlo, necesitamos cambiar los malos hábitos. Hay costumbres que nos alejan de Dios y nos hacen hacer cosas que Dios no aprueba. Es un desafío para el cristiano, identificar esos puntos donde esta más débil, y elegir cada día no hacer lo que no debe hacer.
Pero para limpiar nuestro espíritu, hace falta algo más que decisión. Porque el espíritu, es lo que nos conecta con Dios. El pecado, nos corta la relación con Dios. Por eso lo que Pablo nos propone, al pedirnos que limpiemos nuestro espíritu, es que mantengamos nuestra relación diaria con Dios sin interrupciones. Que estemos cada minuto de nuestra vida, las 24 horas del día en sintonía con Dios.
Para limpiarte bien el espíritu, lo mejor que podes hacer es leer la Biblia cada día y orar a diario. No hay secretos mágicos, ni remedios instantáneos. Contra la gripe del pecado, limpiate.
REFLEXIÓN – Limpieza o enfermedad.

Artículos relacionados