17 de Febrero – Quitá

«Sea quitada de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritos, maledicencia, así como toda malicia.» Efesios 4:31
Quitá
Leí esta historia de autor desconocido que me pareció muy actual.
Un miembro de la tribu se presentó furioso ante su jefe, para informarle que estaba decidido a tomar venganza de un enemigo que lo había ofendido gravemente. Quería matarlo sin piedad. El jefe lo escuchó atentamente y luego le propuso que fuera a hacer lo que tenía pensado, pero que antes, llenara su pipa de tabaco y la fumara con calma al pie del árbol sagrado.
El hombre cargó su pipa y fue a sentarse bajo la copa del gran árbol. Tardó una hora en terminar la pipa. Luego decidió volver a hablar con el jefe para decirle que lo había pensado mejor, que era excesivo matar a su enemigo; que le daría una paliza.
Nuevamente el anciano le escuchó y aprobó su decisión, pero le ordenó que ya que había cambiado de parecer, llenara otra vez la pipa y fuera a fumarla al mismo lugar. También esta vez el hombre cumplió su encargo y gastó media hora meditando. Después regresó a donde estaba el cacique y le dijo que consideraba excesivo castigar físicamente a su enemigo, pero que iría a echarle en cara su mala acción delante de todos.
Como siempre, fue escuchado con bondad, pero el anciano volvió a ordenarle que repitiera su meditación como lo había hecho las veces anteriores. El hombre medio molesto, pero ya mucho más sereno, se dirigió al árbol centenario, y allí sentado fue convirtiendo en humo su tabaco y su problema.
Cuando terminó, volvió a su jefe y le dijo: Pensándolo mejor, veo que la cosa no es para tanto. Iré donde me espera mi agresor para darle un abrazo. Así recuperaré un amigo que seguramente se arrepentirá de lo que ha hecho.
El jefe le regaló dos cargas de tabaco para que fueran a fumar juntos al pie del árbol, diciéndole; Eso es precisamente lo que tenía que pedirte, pero no podía decírtelo yo; era necesario darte tiempo para que lo descubrieras tú mismo.
Pablo nos pedía que nos quitemos el enojo. Por favor no empieces a fumar en pipa. Pero sería muy bueno que comiences a meditar debajo de algún árbol, que vas a hacer antes de hacerlo. Para quitarte el enojo, tienes que pensar como piensa Dios.
REFLEXIÓN – Cambiá tu mente, pensá.

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