2 de Mayo – Alejar

«Por esto se alejó de nosotros la justicia y no nos alcanzo la rectitud; esperamos luz, y he aquí tinieblas; resplandores, y andamos en oscuridad.» Isaías 59:9
Alejar
Durante muchos años, toda la basura que generaba la ciudad de Buenos Aires, era depositada en el cinturón ecológico. Una zona baja de los suburbios de la ciudad que fueron rellenados con residuos.
Si bien de esa manera se pudo arreglar el problema de los terrenos bajos, provoco otro que ahora es permanente. El mal olor. Tanta acumulación de basura provoca muy feo olor. Tanto que los vecinos se quejan permanentemente y comenzaron a alejarse de esa zona. El olor feo aleja a las personas. Nadie quiere estar cerca de un lugar que apesta. Sin embargo, actualmente hay asentamientos en esos lugares y los que viven allí parece que se acostumbraron al mal olor. Lo que para vos es horrible, para ellos es normal.
Es lo que pasa después de un partido de football en verano. Nadie se te quiere acercar cuando salís de jugar todo traspirado. Pero vos no tienes ningun problema. Es tu olor y no te molesta. El mal olor aleja a los demás. Isaías sabía esto. Por eso se los recuerda a los israelitas que parecían haberse olvidado.
El pecado siempre da mal olor. Tanto que aparto a Dios de su pueblo. La justicia y la rectitud, la luz y el resplandor de su gloria se alejaron de este pueblo cabezadura y caprichoso. El mal olor que sus vidas daban alejo a Dios de su lado.
Hoy la Gracia de Dios nos ayuda, pero nuestro pecado sigue apestando tan mal como el de aquellos judíos. No creas que Dios se acostumbro al mal olor de tus malas obras. Dios jamás se va a acostumbrar a ese aroma. Jamás va a tolerar el pecado. Es demasiado santo para ello.
Si tu vida huele a pecado, huele a lo que Dios más odia. Tal vez vos ya te acostumbraste a ese olor, porque es algo habitual en tu vida. Pero Dios no se acostumbra. Su perfecta santidad se ve afectada por tu mal olor. Si ves que olés a pecado, limpiate con la Sangre de Jesús. Tiene el poder blanqueador más poderoso del universo. No solo para limpiar tu pecado, sino para eliminar todos los restos de olor a podrido que deja.
REFLEXIÓN – Ole bien, agrada a Dios.

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