22 de noviembre – Razón

“Él mismo, en su cuerpo, llevó al madero nuestros pecados, para que muramos al pecado y vivamos para la justicia. Por sus heridas ustedes han sido sanados.” 1 Pedro 2:24 (NVI)
La imagen de la cruz no puede dejarte indiferente. Dios estaba siendo colgado en un madero por personas que no entendían lo que estaba pasando. Era un momento único en la eternidad. Dios estaba muriendo. Imaginarlo a Jesucristo destrozado por los látigos, los golpes y agonizando sin poder respirar por la posición de la cruz, sacude el alma.
Si no lo hace con la tuya es porque sos insensible. Entonces, este mensaje no es para vos. Porque Pedro no se olvidaba de aquellos días de errores y horrores. Él no podía permanecer indiferente frente a la cruz de Cristo y por eso nos dejó el desafío de morir al pecado y vivir para la justicia. Todo el esfuerzo que realizó tuvo esta razón.
Pecar es errar al blanco. Cuando en las competencias de tiro con arco y flecha de la edad media, algún arquero no daba en el blanco, el juez cantaba “¡Pecado!”. Justicia es darle a cada uno lo que le corresponde: a Dios, a la familia, a los amigos, al trabajo, a la iglesia. Dios en su soberana sabiduría, nos salvó para este doble propósito: no sólo evitar el pecado, sino vivir justamente.
Cuando Dios nos saca algo, siempre nos da otra cosa. Dios pretende que abandones tus prácticas de pecado (cualquiera sean), y te da un trabajo aún más complicado, vivir en justicia (según la justicia de Dios). Las implicancias de tu salvación impactan en tus decisiones de hoy. Lamentablemente, a diario nos olvidamos de este pedido divino, y rompemos este mandamiento. Elegimos mal, volvemos a pecar y no nos preocupa.
Hoy Pedro te desafía a que seas más responsable. Que tengas cuidado con lo que decidís cada día. Y que al momento de elegir, recuerdes los hechos terribles de la cruz y pienses una vez más, que para que Dios perdone todos tus pecados, fue necesario que Jesucristo se los cargara en la cruz. Nos salvó para que vivamos una vida justa.
Hubo una razón para salvarte, que tu accionar diario lo justifique. Elegí bien.
REFLEXIÓN – Acordate con razón, de la razón.

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