24 de agosto – Descansar

“Sólo en Dios halla descanso mi alma; de él viene mi salvación.” Salmo 62:1 (NVI)
En la guerra de Vietnam, una de las terribles torturas que sufrieron los soldados norteamericanos que fueron tomados prisioneros por el ejército vietnamita no fue de agresión física. Esta, se conoce por los testimonios de aquellos que sobrevivieron. Seguramente habrá en todo el mundo muchos lugares terribles de torturas. Pero de este hay confirmación
Además de los golpes, las laceraciones, la pésima alimentación y las condiciones infrahumanas de vida, a estos soldados se los despertaba sorpresivamente durante la noche, mientras dormían, con bocinas. Pareciera algo inofensivo, y hasta preferible a que te quemen con un hierro al rojo vivo. Pero aquellos que eran despertados violentamente de esa forma, no lograban descansar. Su cerebro comenzaba al poco tiempo a descordinarse. Algunos enloquecían, otros morían de cansancio. La falta de descanso los destruía más rápido y con mayor efectividad que la tortura física. Aniquila.
Lo vemos hoy en nuestra vida cotidiana. El estudiante que llega con lo justo al final, pasa una noche sin dormir y queda destruido. Los que salen la noche del jueves y regresan el viernes de madrugada, llegan al trabajo arruinados. Ni qué hablar de la madre de mellizos, ella prefiere la cárcel vietnamita para poder descansar un poco.
Tal vez no sea tu caso, porque no padecés situaciones tan extremas. Pero seguramente vos también te sentís cansado. Demasiada inestabilidad emocional, demasiada agresión, demasiadas presiones, o simplemente cansado de tu rutina cotidiana y monótona.
El salmista, había experimentado ese cansancio agotador, y nos comparte dónde está su solución. Para tu vida agitada y sin tranquilidad, Dios es tu descanso. Para tus presiones diarias, para tu alma cansada, para tus noches de insomnio, Dios es tu descanso. Él es quien puede liberar tu mente y sacarte el peso de la preocupación. Dios es quien puede evitar que te despiertes por los gritos del silencio y puede darte paz en medio de la tormenta.
Tal vez sigas durmiendo poco, o te levantes de noche porque tu hijo te pide algo para tomar. Pero Dios puede darte paz. Es el único que puede ofrecerte la salvación y el descanso para tu vida. No hay otro fuera de Él. Y tiene poder para hacerlo. Solo tenés que decidirte a confiar en Él. Probá hoy el descanso de Dios. Te vas a sentir mejor.
REFLEXIÓN – Tu descanso está garantizado.

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