24 de Enero – Doble


«El que encubre sus pecados no prosperará, pero el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.» Proverbios 28:13 (RVR)
Doble
En la vida hay secretos. Algunos se guardan muy celosamente. Pero Dios no actúa así. Él tiene el secreto para vivir mejor. Él tiene la clave para una vida sana, feliz y sin culpas. Y en lugar de guardarlo, lo revela con generosidad. Y como pasa a veces, es un secreto tan conocido que no le damos la importancia que merece y lo menospreciamos.
Hoy nadie niega que el pecado esté mal. Pero el problema es que el límite entre lo correcto y lo incorrecto se corrió tantas veces, que hoy es muy difícil saber si algo está bien o está mal. El problema es definir pecado.
Hace 80 años no se hablaba de divorcio y había respeto en la familia. Hoy, con el argumento de que muchos sufrían viviendo en un mal matrimonio y no se permitía el divorcio, se promueve la libertad, y que cada uno haga lo que sienta. Hasta los años 60, la disciplina era muy rigurosa. Con la llegada de los hippies, se sostuvo que era mucho mejor no censurar la libertad de vivir. Y ahora cada uno hace lo que siente.
Y cada vez más las personas desconocen el verdadero límite entre lo correcto y lo incorrecto. Hoy todo es igual, no hay nada verdaderamente malo, todo está permitido. Pero Dios tiene otra visión y nos da el consejo de una vida mejor. Y nos dice que si confesamos nuestros pecados y nos apartamos, vamos a alcanzar misericordia.
Pecado. Para Dios pecado es errar al blanco, es fallarle a Dios. Pecado es engañar, es pensar mal del otro, es ser un trabajador mediocre o un estudiante de 5.
Hoy es un buen momento para mirar para adentro y ser honestos. Dios exige la santidad. No justifiques tus actitudes, porque frente al Eterno y Santo Juez, son solo excusas. Es necesario ser consciente de lo que uno hace, hacerse responsable y dejar de hacerlo.
Para Dios no hay grises. O es blanco o es negro. O está bien o es pecado. No hay otras alternativas. Es mucho mejor confesar y alejarse. Aunque sea difícil y poco divertido, debemos alejarnos de las personas, situaciones, lugares o acciones que nos impulsan a pecar.
REFLEXIÓN – La santidad tiene dos pasos: confesar y alejarse.

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