31 de Agosto – Comunes


En efecto, al llegar Saúl y su criado a Guibeá, un grupo de profetas les salió al encuentro. Entonces el Espíritu de Dios vino con poder sobre Saúl, quien cayó en trance profético junto con ellos.” 1 Samuel 10:7 (NVI)
Comunes
El hombre que se aproximaba no tenía nada de especial. Era un hijo desconocido de una pequeña tribu de Israel. Había estado buscando unos animales perdidos durante días. Estaba cansado, sucio y hambriento. Sabía que no podía volver a casa a decirle a su padre que no había encontrado a los animales perdidos. Pero no tenía ganas de seguir buscando.
Saúl sabía que si volvía con las manos vacías, sería el hazmerreír de su comarca. Así que seguía buscando lo que sabía que no podría encontrar. En medio de esa búsqueda, encontró lo que no pensaba encontrar. Se encontró con el Plan de Dios. El famoso profeta Samuel, el hombre más reconocido del país, le hizo un anuncio.
Primero le abrió los ojos, y le dijo: -Yo soy el profeta. Samuel dejó bien en claro dónde estaba el poder, no en la persona, sino en quien representaba. El profeta de Dios representaba a Dios. Saúl solo estaba buscando unos animales y Samuel le abre los ojos para mostrarle la realidad de Dios.
Luego le abrió las Verdades de Dios: -Vas a profetizar, le anticipó Samuel. Saúl nunca había conocido esta realidad. No había visto nunca un royo de la Escritura. Apenas conocía a Dios por lo que había escuchado de otros. Pero luego que se le abren los ojos, se le abrieron las Escrituras y comenzó a profetizar. Un lenguaje desconocido, una experiencia desconocida, algo que jamás había hecho.
Lo más maravilloso es lo que pasa después. Samuel le abrió su mente y le prometió que iba a poder hacer todo lo que quisiera, que su poderío no tendría límite porque Dios estaba de su lado. Así el buscador de animales se convirtió en el rey de Israel. Había estado buscando un burro y encontró un reino.
Es maravilloso pensar que Dios hoy sigue usando personas comunes, como vos y como yo. Solo pide que abramos los ojos, que despertemos a entender que existe otra realidad más allá de la que vemos todos los días. Que descubramos las Verdades de Dios, que están en La Biblia, y que aceptemos el desafío de Dios para hacer grandes cosas. Dejá de buscar asnos, Dios quiere que vivas el Reino.
REFLEXIÓN – Estás para cosas mayores, no sos común.

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