1 de Junio – Suegro

“Y el suegro de Moisés le dijo: No esta bien lo que haces.” Éxodo 18:17
Suegro
Hoy cumple años mi suegro, Ricardo. Y mientras lo estaba saludo y felicitando por su nuevo año de vida, me acorde de este otro suegro, llamado Jetro. Tal vez porque son parecidos. A pesar de la distancia que los separa los años, la cultura, y la geografía, ambos tienen una gran virtud: tienen la capacidad de dar un buen consejo.
Tendríamos que definir primero que es un buen consejo. Por lo general, buscamos aliados que nos aguanten cuando queremos hacer algo. Y si lo que deseamos no es tan correcto, buscamos consejeros que piensen como nosotros, para acallar la conciencia. Cuando el adolescente se quiere emborrachar, no va a invitar a su maestro de escuela dominical al bar. Va a hacerlo con aquellos que sabe que no lo van a censurar. Busca consejo en aquellos que le van a decir lo que quiere escuchar.
Ese tipo de consejo no es bueno. Es agradable, es divertido, satisface, y te produce placer. Pero no es un buen consejo. Porque es un consejo que te daña. Cualquier consejo que te aleje de la Voluntad de Dios, es un mal consejo.
Entonces ¿Que es un buen consejo? Es lo que le dio Jetro a Moisés. Tenía un problema serio entre manos. Había demasiada gente con la cual hablar y el tiempo no le alcanzaba. Entonces este suegro, viendo esta realidad, lo llamo a la reflexión.
Le dijo claramente, que lo que estaba haciendo estaba mal, y le dio una alternativa para hacer bien las cosas. Esto si que es un buen consejo. Porque tiene las dos partes fundamentales. Por un lado describe una realidad como Dios la miraría. No hizo la vista gorda, ni evito hacer el comentario para que su yerno no se ofenda. Le dijo las cosas como son. Con amor, con delicadeza, con cariño pero con firmeza.
Y después de hacerlo pensar, le ofrece una solución para ese problema. Y le explica como hacer las cosas de una manera que fuera mejor para todos. En estos días que nadie quiere escuchar críticas, y que los jóvenes desprecian el consejo de los mayores, deberíamos aprender de Moisés, que tuvo la humildad de escuchar a su suegro, para mejorar lo que estaba haciendo.
Adiestra tu oído, para recibir solo los buenos consejos.
REFLEXIÓN – Los mayores saben, aprende a escucharlos.

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