1 de Noviembre – Carga

“Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo.” Gálatas 6:2
Carga
Para el judío tradicional, la ley de Moisés, era una carga muy pesada para llevar. A los 10 mandamientos que Dios les había dado, los escribas judíos, habían creado cientos de miles de normas y procedimientos.
Así, por ejemplo, dice un mandamiento que era necesario guardar el día de reposo y no hacer ningún trabajo. Y aunque la ley era suficientemente clara, los escribas habían escrito y reglamentado que era un trabajo. Para ellos, si un sastre cargaba una aguja era un trabajo. Con lo cual, si cualquier personatenía una aguja clavada en la ropa, no había ningún problema, pero si lo hacía un sastre, estaba rompiendo un mandamiento y se transformaba en un pecador.
Habían cambiado la ley de Dios por un interminable laberinto de normas humanas y habían transformado el más precioso manual de vida, por una serie de reglas pesadas que no podían ser cumplidas. Por eso, para los judíos, era una carga muy pesada la ley. En lugar de disfrutar la libertad de Dios, se esclavizaron a leyes humanas.
Por eso Pablo resume la ley de Cristo, es una sola norma, que parece que hoy esta pasada de moda. La solidaridad.
Somos tan egoístas que solo miramos por nuestros propios intereses, no nos preocupa nada de lo que pasa alrededor. Nunca tenemos tiempo de escuchar lo que le pasa al otro. Y a la pregunta obligada del saludo ¿Como estas?, siempre damos como respuesta un obligado: bien. Porque aunque digamos otra cosa, a nadie le importa realmente como estamos.
Ninguno pregunta por la tristeza del otro, si pasó una buena noche, si algún amigo le falló, si no tiene para llegar a fin de mes, si está frustrado por los fracasos en sus exámenes, si no tiene consuelo por no encontrar un amor. Estamos tan ciegos que no tenemos ni tiempo ni ganas de ver por el otro, y ayudarlo a llevar su problema.
Gracias a Dios, hay algunos cristianos maravillosos que tienen la grandeza de cumplir la ley de Cristo, y mirar por las necesidades de sus semejantes. Personas tan generosas, que están dispuestos a amar, aunque no reciban nada a cambio, de sus semejantes. Pero que tienen la garantía real, de saber que Dios nunca pasa anda por alto.
REFLEXIÓN –  La verdadera ley es amor.

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