11 de Abril – Preguntas
“Y no osaron preguntarle nada más.” Lucas 20:40
Preguntas
Los saduceos era el grupo religioso con mayor poder en Israel, porque además de tener el poder religioso, tenian el poder económico. Era un grupo que siempre se acomodaba con el gobierno de turno, para conseguir mejores privilegios. Y no dudaban en cambiar sus principios morales y religiosos con tal de mantener sus derechos y ventajas.
Eran personas extremadamente cultas, bien educadas, sin problemas económicos. Este fue el auditorio que llego hasta Jesucristo para hacerle una pregunta malintencionada. Presentaron el caso de un hombre que falleció. La ley judía mandaba al hermano en esos casos, a casarse con su cuñada, para dejar hijos con el nombre de su hermano. En el hipotético caso presentado. Los siete hermanos de la familia van casándose con la mujer del hermano mayor y muriendo sin dejar hijos.
Entonces los saduceos le preguntan a Jesucristo: ¿De quien va a ser la esposa en el cielo, si todos fueron su marido?
Hay algo maravilloso en Jesucristo, y es su capacidad para responder y enseñar, a pesar de la no intención de quien escucha de aprender. Cristo sabia que esa pregunta no era para instruirse sino para buscar algún motivo para acusarlo en el tribunal judío. Conocía el corazón de esos hombres interesados solo en su dinero, que no buscaban conocer más de Dios. Sabía que no les interesaba aprender nada de Dios.
Sin embargo, responde su pregunta complicada y les enseña algo. Jesucristo tiene autoridad y sabiduría absoluta. No hay nada que El no sepa. No hay nada que Él no pueda explicar. Tan sabio es Cristo, que estos hombres cultos, quedaron admirados y no osaron preguntarle nada más. En lugar de aprovechar la oportunidad única de aprender del que mas sabe, estos hombres prefirieron no preguntar más.
Hoy padecemos el mismo mal que ellos. Tenemos a nuestra disposición toda la sabiduría del cielo, pero preferimos no preguntar. Nos conformamos con lo que sabemos y no nos interesa seguir creciendo. Perdimos la vocación por el estudio de la Biblia y no nos interesa saber más de lo que Dios pide y enseña.
Hoy Jesucristo nos desafía a investigar, a saber más, a capacitarnos, y a aprender para poder enseñar. La Biblia es el mejor manual de instrucciones para aprender, Cristo es el mejor maestro para explicar. No te quedés sin saber.
REFLEXIÓN – No te quedés con preguntas.
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