13 de Diciembre – Brilla
«…en los cuales el dios de este mundo ha cegado el entendimiento de los incrédulos, para que no vean el resplandor del evangelio de la gloria de Cristo.» 2 Corintios 4:4
Brilla
Estaba leyendo esta encuesta. La pregunta fue: Según sus creencias, ¿qué hay después de la muerte? Hubo 8.784 votos, que estuvieron así distribuidos:
– Reencarnación 17.0 % (1.492 votos)
– Vida en otro lugar (paraíso, infierno, etc.) 33.9 % (2.974 votos)
– Nada 43.5 % (3.826 votos)
– Otras 5.6 % (492 votos)
Casi la mitad de las personas que votaron de Argentina, que es un país supuestamente cristiano, dices que después de la muerte no hay nada. ¿Cómo puede ser que en un país cristiano no haya conciencia del más allá? Pablo llama al diablo el dios de este siglo. Ya lo era al comienzo de la iglesia y lo sigue siendo ahora.
El maestro de la mentira, el príncipe de este mundo tiene la habilidad de cambiar la verdad y torcerla. Su mayor logro en este siglo XXI es hacernos creer que no existen las cosas espirituales. Que solo existe lo que se puede ver y tocar. Te engaña, te miente, te esconde las cosas para que no puedas ver. Te ciega el entendimiento, te pone un manto de mentiras en tu cerebro para que pienses mal. Te aplasta con comentarios de tus compañeros, con la influencia de la televisión, con lo que lees en los diarios. Todo está armado para alejar tu pensamiento de Dios.
Tanto que hoy, hay casi un 50% de argentinos que piensan que después de la muerte no hay nada. El diablo es muy astuto. Sabe como engañarte. No te va a presentar su mentira con bombos y platillos. Va a presentarla sutilmente, con delicadeza. Con la paciencia de la gota que perfora la roca. El diablo quiere cegarte el entendimiento para que no puedas reflejar la luz de Dios en tu vida.
¿Cuál es tu punto oscuro hoy? ¿En que sector de tu vida hay sombras de dudas que oscurecen la claridad del consejo de Dios para saber como comportarte? ¿En la santidad, en el enojo, en la envidia, en la doble vida, en las palabras, en los gestos, en el perdón, en el orgullo, en la humildad de reconocer errores, en la comodidad, en la indiferencia?
No vivas ciego a la Luz de Dios.
REFLEXIÓN – No dejés que te engañen. Brillá.
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