14 de septiembre – Selección

“Y si la oreja dijera: «Como no soy ojo, no soy del cuerpo», no por eso dejaría de ser parte del cuerpo.” 1 corintios 12:16 (RVR)
Argentina no encontraba el rumbo en las eliminatorias para clasificar para el mundial de Sudáfrica 2010. Había cambiado 5 veces de arquero en 10 partidos. Había muchos nombres famosos pero no había equipo. Se había armado un equipo con las mejores estrellas para intentar ganar el mundial. Pero igual corríamos el riesgo de que nos quedáramos afuera.
Pablo no sabía nada de fútbol, ni siquiera se conocía todavía. Pero comprendía muy bien el concepto de elegir una elite. Por eso, cuando escribió sobre la iglesia, hizo esta comparación superlativa. Somos el cuerpo de Cristo. Y cada uno tiene una función.
Se podría argumentar que hay miembros más valiosos o más vitales que otros, ya que sin corazón o sin sangre no podemos vivir. Pero si te duele la uña encarnada del dedo gordo del pie, no vas a estar tranquilo y relajado hasta que te la curen. Duele y eso te afecta. Porque cada miembro es importante.
Mucho más en el plan de Dios para Su Iglesia. Dios te escogió y te dio un don para que lo usaras en Su reino y para Su gloria. Es asombroso pensar que Dios, para llevar a cabo Su plan en la tierra pensó en vos y en mi y nos dio por lo menos un don espiritual para que lo desarrolláramos y fuéramos de bendición para otros.
Dios podría haber elegido a los más grandes pensadores de la tierra, o a los hombres más ricos y poderosos. Pero te eligió a vos, y te dio una tarea para que la desempeñaras en Su Iglesia. Tal vez seas oreja, o dedo, o ceja o aorta. Pero la importancia de tu tarea no está dada por el aplauso o el reconocimiento de los demás, sino por el de Dios.
Es cierto que hay ministerios más «reconocidos» que otros. Al predicador o al solista todos lo aplauden, porque ministran frente a mucha gente. Al que discipula o consuela, que ministra de a uno por vez, muy pocos lo aplauden. Pero Dios, que ve todo, recompensa siempre. Él te dio una tarea pensando en Su plan eterno y perfecto. Y te premiará por tu fidelidad y eficiencia en lo que hiciste. No por los aplausos recibidos.
Sos de la selección de Dios. Él te eligió para una tarea grande. Cumplí tu tarea. Dios te la dio y para Él es importante. Que lo sea también para vos.
REFLEXIÓN – Cumplí bien. Estás seleccionado.

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