16 de enero – Refugio
“Él redimirá en paz mi alma de la guerra contra mí, aunque muchos estén contra mí.” Salmos 55:18 (RVR)
Si hay una persona que vivió todo tipo de conflictos, ese fue David. Tuvo antagonismos con todos: Con sus hermanos, con el rey a quien servía, con sus amigos, con sus enemigos, con sus hijos, con sus esposas. Su vida fue una batalla continua, usando espada o palabras.
No debe ser fácil soportar tanta presión. Enemigos afuera, enemigos adentro, no saber en quien confiar. Es muy difícil estar en el ojo del huracán. Los problemas son demasiados. Pero me maravilla la confianza del salmista. Él estaba seguro de que Dios podía darle paz a pesar de los conflictos. Ese es un milagro de Dios.
Hace unos años, se hizo un concurso de pintura con el tema de “La Paz”. Hubo muchos cuadros que concursaron, la mayoría excelentes. Se pintaron paisajes de campo, amaneceres, flores, madres con bebés, un niño durmiendo, pero la obra que ganó el concurso expuso lo contrario de todos los motivos presentados.
El autor pintó una tempestad terrible: El cielo gris tenebroso, fuertes olas golpeando contra un acantilado, un viento aterrador y la naturaleza totalmente descontrolada. Pero en un hueco del risco, seca y sin frío, había una gaviota. Eso es paz.
Puede ser que estés pasando un momento muy difícil, de inseguridad, miedo, falta de trabajo, enfermedad, soledad, problemas familiares, fracasos en los estudios, dificultades en la iglesia, peleas, celos, angustia o tristeza, pero Dios desea darte Su paz. Quizá estás triste por un problema que lleva mucho tiempo, quizá el problema sea muy reciente, quizá no tenga solución. Cualquiera sea tu caso, Dios puede darte Su paz.
La paz de Dios no depende de las circunstancias, ni de lo que te rodea, tampoco de tus amigos o de tus bienes; es permanente, porque depende de Dios mismo. Hay que buscarla en Él. Aunque hoy te parezca muy difícil y no tengas ganas porque ya bajaste los brazos o porque estás cansado, Dios te invita a su refugio.
No mires a los costados, no mires lo que te rodea, no mires las pocas posibilidades de éxito, tenés que poner tu mirada en Dios. Él es permanente, no cambia, es seguro, es fiel. Frente al caos de tu realidad, Dios puede darte paz. No dudes de Él.
REFLEXIÓN — En medio de la tormenta de problemas, Dios es tu refugio.
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