17 de Septiembre – Diario
“Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame.” Lucas 9:23 (RVR)
Diario
Hay situaciones ocasionales que genera héroes. El que salva a un chico que se está ahogando en una pileta es un héroe ocasional. No es algo que haga habitualmente, sino que se dio por un hecho circunstancial. Difícilmente vuelva a repetirse esa actitud. No creo que alguien se niegue a tomar una decisión en esas circunstancias.
Pero el ser humano es resistente a la rutina, nos cuesta crear buenos hábitos. Y una vez que lo hicimos, nos cuesta aún más mantenerlos. Estudiar con tiempo antes de los exámenes, lavarse las manos antes de comer, ser educado en el colectivo y dar el asiento a una embarazada, son hábitos difíciles de conseguir y más difíciles de mantener.
Cristo sabía muy bien esta realidad humana y conoce al detalle nuestra forma de actuar, por eso cuando les habló a sus discípulos aquel día, les hizo esta declaración explícita: el que quiere seguir a Jesucristo y ser su aprendiz, debe hacerlo cada día. Dios exige constancia y a nosotros nos cuesta mucho conseguirla.
La constancia no es el producto de una pastillita mágica, ni el resultado de la emoción de un momento de gloria. Es el resultado de trabajo, esfuerzo y dedicación. Es la consecuencia de una decisión racional, no del efecto de un sentimiento. Dios es bien claro en este sentido. La fe no está peleada con la razón. Aunque muchos crean que sí.
Es necesario tener fe para agradar a Dios. Pero la fe viene por el oír la Palabra de Dios. En consecuencia, la fe tiene su origen en un dato objetivo. Mantenerla es una decisión. Para decidir debemos elegir entre varias opciones, eso es un razonamiento lógico, no es sensorial. Cristo nos está desafiando a elegir seguirle, a decidir ser fiel a Dios cada día.
Tal vez tengas varias razones para abandonar esta decisión, pero solo hay una para mantenerla: la Cruz de Cristo. Es el argumento más lógico y racional para mantener la devoción a Dios. El acto más sublime de amor es la única y suprema razón para motivar la obediencia diaria. ¿Te cuesta mantener tu discipulado cada día? Pensá en la cruz.
REFLEXIÓN – Hacé tu decisión diaria.
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