18 de agosto – Esfuerzo

“Saluden a Trifena y a Trifosa, las cuales se esfuerzan trabajando por el Señor…” Romanos 16:12 (NVI)
Nos produce envidia el éxito ajeno. Nos da cierta cosita ver el progreso de los demás. Pensamos en personas como Bill Gates, el dueño de Microsoft; o Slim, el dueño de Claro; o Paolo Roca, el dueño de Techint y desearíamos tener su fortuna y su imperio.
Me imagino que todos los que viajan conmigo en el vagón del tren cada mañana para ir a trabajar, deserían el buen pasar de Gates, que se levanta a la mañana para jugar al golf, o maneja su auto para deambular de vez en cuando por su oficina sin necesidad de cumplir un horario ni preocuparse por llegar a fin de mes, pagar las cuentas y tener lo necesario en la heladera o en el guardarropas.
Deseamos tener mayor prosperidad económica para tener un mejor pasar. Pero nos olvidamos de una realidad que encontré bien expresada una vez en el paragolpes de un camión: Todos envidian mi éxito, pero no analizan mi esfuerzo. ¿Cuántos años de sacrificio y trabajo excesivo le llevó a Gates tener lo que hoy tiene? Seguramente jamás podremos saberlo, pero hay algo que es seguro: su trabajo de años de silencio, le produjo la prosperidad que hoy todos le envidian. Pero mientras sus amigos salían a pasear o se iban a casa temprano de sus trabajos, Bill se quedaba trabajando muchas horas tratando de formar una compañía exitosa.
Es cierto que hoy es el hombre más rico del mundo, pero cuando comenzó era igual que vos o que yo. Nadie mide su esfuerzo. Excepto Dios.
Dios tiene una regla permanente para medir sacrificios. Y la medición de Dios, aplica para el esfuerzo espiritual. Trifena y Trifosa (parecen nombres de personajes de historieta), pasaron a la historia como dos personas que se esforzaron trabajando para el Señor. ¿Qué hicieron? No lo sabemos. Pero de algo estamos seguros, su sacrificio no pasó desapercibido y Dios recompensó su trabajo.
En la obra de Dios, como en la vida cotidiana, nada crece por casualidad. Todo éxito es consecuencia del esfuerzo y de la dedicación que se le pone al proyecto. Si tuvieran que hacer un comentario de tu trabajo del último mes, ¿podrían decir lo mismo que de Trifena y Trifosa?
REFLEXIÓN – Esforzate para Dios, vale la pena.

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