23 de octubre – Agradecido

“Así que nosotros, que estamos recibiendo un reino inconmovible, seamos agradecidos. Inspirados por esta gratitud, adoremos a Dios como a él le agrada, con temor reverente, porque nuestro Dios es fuego consumidor.” Hebreos 12:28-29 (NVI)
Hay palabras que van desapareciendo de nuestro vocabulario. Gracias es una de ellas. Dejamos de ser agradecidos. El ser humano es esencialmente egoísta desmemoriado. Tiene recuerdo solo para los agravios, las peleas o los problemas. Pero difícilmente recuerde buenos gestos. Por eso es que las relaciones humanas se quiebran con tanta facilidad.
Lamentablemente, tenemos esta misma actitud con Dios. El antiguo escritor estaba terminando su larga carta, y remata el cierre con esta idea eterna. Nos recuerda lo que Dios nos ha dado. Éramos por naturaleza dignos de muerte, nuestros pecados merecían el castigo divino. Y en lugar de eso, Dios castiga a Jesucristo en la cruz para perdonarnos. ¡Es incomprensible el amor de Dios para el miserable ser humano!, no se puede explicar.
Pero su amor y generosidad son tan grandes que además de evitarnos el castigo, nos hace un regalo increíble. Nos da un reino inconmovible. En estos tiempos de tanta inestabilidad, Dios nos garantiza que formamos parte de un Reino que no cambia. El Reino de Dios. ¡Enorme privilegio que tenemos sus hijos!
Frente a esta realidad, el autor nos recomienda que seamos agradecidos. Que tengamos presente lo que éramos y lo que merecíamos y que valoremos lo que Dios nos dio. Si alguien te regalara un millón de dólares ¿Cuántas veces le darías las gracias por día? Supongo que cientos de veces. Dios nos dio algo superior, invaluable; pero no le agradecemos.
¿Cómo se manifiesta nuestro agradecimiento? En adoración y temor reverente. En una actitud diaria de reconocimiento de la grandeza y supremacía de Dios, en canciones y oraciones, en darle honor y gloria, en confesar las virtudes de su Persona. Y también en vivir con temor de Dios. No con miedo, sino con respeto. Sabiendo que Dios nos acompaña a cada paso. Y que lo llevamos a todos los lugares que vamos, que comparte todas nuestras conversaciones, y que mira lo mismo que nosotros en Internet.
Adoración y temor, es la combinación perfecta de una vida agradecida. ¿Cómo fue tu última semana? ¿Cuánto hubo de adoración y temor en tu andar diario? Dios te pide que seas agradecido. Demostralo como Él espera.
REFLEXIÓN — Adoración y temor es tu agradecimiento.

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