24 de enero – Ladrón
“El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir.” Juan 10:10 (RVR)
LO FELIZ QUE SE PONE SATANÁS CUANDO NO BUSCAMOS A DIOS.
Te recomiendo que leas la posdata de esta carta antes de borrarla. Te quedarán ganas de conocerla y de notar qué tanto debes cambiar para bien.
CARTA DE SATANÁS
Te vi ayer cuando comenzabas tus tareas diarias. Te levantaste sin siquiera orar a tu Dios; en todo el día no hiciste ninguna oración. De hecho, ni recordaste bendecir tus alimentos. Eres muy desagradecido con tu Dios, y eso me gusta de ti. También me agrada la enorme flojera que demuestras siempre en lo que se refiere a tu crecimiento cristiano. Rara vez lees la Biblia, y cuando lo haces, estás muy cansado. Oras muy poco, y muchas veces recitas palabras que no registras. Con cualquier pretexto llegas tarde o faltas a tus reuniones de formación.
Qué decir de tus quejas al cooperar en la evangelización. Todo eso es útil para mí. No puedo describirte cómo me alegra que en todo este tiempo en que estás siguiendo a
tu Dios, no hayas cambiado tu manera de comportarte. Tantos años y sigues como al principio; crees que no tienes nada que modificar. Me encantas. Recuerdo mucho los chistes colorados que dices y la forma en que tú te ríes por lo gracioso de ellos. También yo me río de ver a un hijo de Dios participando en eso. El hecho es que ambos lo pasamos bien.
La música vulgar y de doble sentido que escuchas me deleita. ¿Cómo sabes cuáles son los grupos que me complace escuchar? También me satisface totalmente cuando difamas y te revelas contra tu Dios. Me siento feliz cuando te veo bailando y haciendo ese tipo de movimientos que tanto me fascinan. ¡Cómo lo disfruto! Ciertamente, cuando te diviertes sanamente me desilusionas; pero no hay problema, siempre habrá otra oportunidad. Hay veces que me haces servicios increíbles cuando das malos ejemplos a los niños, o cuando les permites que se desvíen de su inocencia por medio de la televisión, o cosas por el estilo. Son tan perceptivos que finalmente imitan lo que ven. Te lo agradezco mucho. Me agrada que rara vez tengo que tentarte, casi siempre caes por tu propia cuenta. Tú buscas los momentos propicios y te expones a situaciones peligrosas.
P. D. Si realmente me amas, no muestres esta carta a nadie.
REFLEXIÓN – Que el ladrón no te robe.