25 de Marzo – Llamado

«Cualquier cosa que ustedes pidan en mi nombre, yo la haré; así será glorificado el Padre en el Hijo.» Juan 14:13
Llamado
Es terrible como nos volvemos dependientes de la tecnología. Perdí mi celular y eso me genero algunos inconvenientes. Cuando yo era más joven, anotábamos los números telefónicos en una agenda de papel. Años más tarde me compré una agenda electrónica y reemplacé la de papel. Excepto un problema de pilas, el cambio había sido bueno.
Después aparecieron los celulares, que hoy ya es de lo son moneda correiente. Y reemplacé la agenda electrónica por el celular. Obviamente, dejé de usar la agenda de papel hace mucho, y con la del celular, la agenda electrónica quedó sin pilas y desactualizada. Todos los números de los últimos años estaban bien guardados en el celular.
Lo perdí, y con él, toda mi agenda de teléfonos. Entonces me sentí incomunicado. No podía llamar a nadie, porque no tenía su número, y no podía avisarle a nadie, porque no me podía comunicar. Así que si tenías mi número, escribime un MSN con tu nombre para rescatar de nuevo tu número de teléfono.
Me encontraba incomunicado, y nadie se iba a enterar. Había perdido todos los números de las personas con las que había hablado y ya no podía recuperarlos. Estaba aislado. Y me acordé de este texto. Nada puede evitar que Jesucristo me escuche.
Alienta y tranquiliza saber que en cualquier situación de la vida, en las buenas y en las malas, cuando estás contento por tus logros y cuando estás deprimido por tus fracasos, cuando estás feliz y acompañado, y cuando estás solo y deprimido, siempre, Jesucristo te escucha.
No importa si perdiste tu agenda, si hace mucho que no lo llamás, si solo lo llamabas cuando estabas en problemas, o si era tu conversación habitual, el Señor Jesús siempre te escucha y te responde. Ya no vas a estar nunca más solo e incomunicado.
El teléfono de Dios nunca se queda sin batería, ni se rompe. Nunca está demasiado ocupado con otros llamados y te deja en lista de espera escuchando la musiquita. Dios es tan maravilloso que siempre tiene una línea desocupada para tu necesidad y un oído dispuesto a escuchar cada vez que le querés hablar.
No te pierdas de esta enorme y bendita alternativa. No dejés de usar la oración para comunicarte con Dios. Él escucha y responde siempre.
REFLEXIÓN – El teléfono del Cielo, nunca da ocupado.

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