26 de Agosto – Ayuda
“Con todo esto, volvieron a pecar y no dieron crédito a sus maravillas.” Salmos 78:32 (NVI)
Ayuda
El hombre es un animal con muy mala memoria. Es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Es el único animal lo bastante tonto como para no aprender de sus propios errores. Por lo general repite siempre la misma tontería que le hizo daño o lo lastimó. A veces votamos al mismo candidato político, que hace algunos años hizo una gestión terrible, simplemente porque ya pasó tanto tiempo que nos olvidamos.
Este mismo mal lo tenían los israelitas. Desde su salida de Egipto, Dios se estaba manifestando con milagros increíbles. Las plagas habían sido una muestra poderosa de la magnitud de Dios.
Apenas salieron de la esclavitud, cuando estaban acorralados por los ejércitos del Faraón y el Mar Rojo, se desanimaron y murmuraron contra Moisés. Pero Dios hizo otro milagro y cruzaron en seco por el lecho del mar dividido en dos.
Al tiempo estaban sin agua, entonces Dios los lleva a Elim, donde había palmeras y agua en abundancia. Sin embargo, a pesar de las continuas y grandiosas muestras del poder de Dios, los israelitas, igualmente, abandonaban a Dios, y volvían a pecar.
Una y otra vez, leemos en el libro de Éxodo de los fracasos de este pueblo terco y olvidadizo; y levantamos el dedo acusador, para censurar su actitud indolente y negligente.
Nos olvidamos que cuando un dedo apunta a otro, hay cuatro que nos apuntan a nosotros. La misma acusación de olvido que hacemos contra los israelitas, se puede hacer contra nosotros mismos.
¡Cuántas veces, olvidando los favores de Dios, pecamos y hasta sin culpa, y continuamos con nuestra vida como si nada importara! Hemos llegado a un grado tal que hay cosas que ya no nos afectan.
Muy posiblemente digamos alguna mentira, y ya no la consideramos como pecado. Es una necesidad, una costumbre, todos lo hacen, no está tan mal. Auto justificamos nuestro error, que Dios llama pecado. Es tiempo de volver a la fuente. Es tiempo de mirar las maravillas que Dios hizo, hace y hará en tu vida, y que en agradecimiento, tu comportamiento le agrade.
Dios merece hijos fieles. Si tenés presente todos los beneficios que Dios te dio, te dará vergüenza pecar y ofenderlo.
REFLEXIÓN – La buena memoria ayuda a no pecar.
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