3 de Octubre – Interferencia


“Y le dijo: Así ha dicho Jehová: Por cuanto enviaste mensajeros a consultar a Baal-zebub, dios de Ecrón, como si no hubiera Dios en Israel cuya palabra consultar, no te levantarás del lecho en que estás, sino que de cierto morirás.”  2 Reyes 1:16 (NVI)
Interferencia
El rey Ocozías se cayó de una ventana y se lastimó, entonces ordenó que consulten  al dios Baal-zebub para que lo sane. Ya era habitual en Israel consultar a otros dioses, y aunque parezca muy extraño, este hombre que había escuchado sobre las maravillas que Dios hizo con su pueblo, los milagros antiguos que habían deslumbrado a propios y extraños, consulta a una estatua de piedra.
Parece increíble esta actitud de un adulto responsable. Hasta causa gracia pensar en algún sacerdote hablando con una estatua, y esperando su respuesta. Pero esa actitud despertó el Celo de Dios, Dios se enojó y castigó duramente esa decisión. Nadie puede ocupar el lugar de Dios porque solo Él es Dios.
Hoy no se le piden cosas a las estatuas pero incluso los cristianos, a veces buscamos soluciones en los lugares equivocados. Hay muchas personas que oran a los santos, a ídolos musicales o a muertos famosos, esperando una respuesta. Buscan en los lugares equivocados.
A veces nosotros también nos equivocamos y en lugar de orar a Dios cuando aparece algún problema, intentamos solucionarlo con nuestras fuerzas. Buscamos en todos lados, lejos de Dios.  Tenemos a nuestro alcance la solución más poderosa del universo para los problemas: La oración. Sin embargo, muchas veces no la usamos. Es así como imitamos a Ocozías. Este rey consultó a un ídolo antes que a su Dios. La oración mueve la mano de Dios. Él sabe que tenemos necesidad, y desea que le pidamos.
Dios desea que le dediquemos tiempo a la oración. Que dispongamos de un tiempo de quietud en medio de este siglo ruidoso, y en un lugar calmado entremos en la Presencia Santa y Exclusiva de Dios para depositar ante Él todo nuestro corazón.
Dios siempre está atento y dispuesto a escuchar. Siempre está dispuesto a dar lo mejor pero espera que primero dediquemos tiempo a orar, sin que nada ni nadie interrumpa, ni la televisión, ni el estudio, ni el teléfono, ni los amigos. Debe ser un tiempo para Dios.
REFLEXIÓN – Hay que orar sin interferencias.

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Respuestas

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  1. Amen, que bueno es reafirmar esa gran verdad acerca de nuestra arma que es la oración y que solamente DIOS nos la regala para hacer buen uso de ella ya que en un mundo que corre rápido y mantiene distraído a grandes multitudes, tratemos de buscar ese momento especial sin que nada ni nadie nos pueda distraer y robar nuestro tiempo para orar. Muchas gracias.