30 de Mayo – No
“Dos cosas te he pedido, no me las niegues antes que muera: Vanidad y mentira aparta de mí y no me des pobreza ni riquezas, sino susténtame con el pan necesario.” Proverbios 30:7-8 (RVR)
La sabiduría de este hombre, no se puede comparar. Se le pueden pedir muchas cosas a Dios, pero este pedido en particular es fruto de una sabiduría sin igual. Es un tema complejo, porque rogó no tener dos pares de cosas realmente muy interesantes.
Primero le hizo saber a Dios que deseaba muy lejos de él la vanidad y la mentira. No las quería consigo. Es decir, ni el orgullo y ni la falsedad, y de esto siempre hay mucho. Hoy, es terrible ver, en todo momento y en todos lados, personas actuando con estas características. Personas que se creen más que otras por la ropa que visten, personas que engañan y mienten con descaro o sutilmente, pero que no dicen la verdad, personas que agrandan los hechos o los minimizan, para beneficio propio.
El sabio de la antigüedad quería estar excluido de ese círculo malicioso. Deseaba ser él mismo sin agrandar, ni minimizar, ni falsear nada y mostrarse tal cual era. Para lograrlo, buscó la ayuda de Dios, porque a uno le sale casi instintivamente eso de mentir o aparentar. Cómo afectan las relaciones personales aquellos que, queriendo o sin querer, actúan de esa forma. Lastiman y marginan a sus prójimos, dejan de tratarlos bien.
Porque cuando uno está conforme con lo que es, no encuentra problemas en tratar bien a los demás. Y es por eso que, en segundo lugar, este sabio hombre pidió tener nada más que lo necesario. Estar satisfecho con lo que se es y con lo que se tiene.
Si tenía de más, podría volverse avaro y ambicioso. Y si tenía de menos, correría el riesgo de tentarse y robar. Todos los extremos son malos. Dios le da a cada uno según su capacidad de administrar, pero a veces somos insaciables, y nada nos alcanza. Queremos más y más sin medir las consecuencias. El sabio de la antigüedad entendía que era más conveniente contar con lo justo para vivir bien.
¿Cómo está tu vida con relación a estos parámetros? Orgullo, falsedad y dinero. Son las tres patas del trípode donde se apoya el mundo, y el cristiano es seducido por ellas.
Es un llamado al análisis, mirar para adentro y evaluarnos. Analizar las actitudes cotidianas, y cambiar. Para buscar el equilibrio y estar satisfechos.
REFLEXIÓN — Hay que saber decir que no.
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