4 de Junio – Cortina
“Tras la segunda cortina estaba la parte llamada el Lugar Santísimo.” Hebreos 9:3
Cortina
El tabernáculo era una carpa que Dios le mando a Moisés construir para que fuera el lugar físico donde el pueblo podia entrar en la presencia de Dios. Tenía tres lugares bien definidos. El patio exterior, donde podían entrar todos, el lugar santo que estaba reservado para los sacerdotes y el lugar santísimo donde solo podia entrar el sumo sacerdote una vez al año.
A este lugar hace referencia el texto cuando dice que la segunda cortina dividía y servia de entrada para el lugar santísimo. La presencia de Dios se limitaba tanto. Solo los descendientes de Levi, podían ser sacerdotes. De las doce tribus, solamente una. Y de esa tribu, solo una persona podia ser sumo sacerdote. Y este solo podia entrar una vez al año a la presencia misma de Dios.
Para el pueblo de Israel, Dios era un ser inaccesible y lejano. Era muy limitado el acceso a su presencia. No era para cualquiera, y la mayoría de las personas comunes quedaban excluidas de esa posibilidad. Dios tenía una relación muy exclusiva con las personas. Seguramente vos y yo nos hubiéramos quedado en el patio de atrás, mirando entre la multitud, para ver que pasaba, pero sin poder ver nada claro.
Porque al ser personas comunes, no tenemos ningun lugar VIP para ver personalidades ni eventos importantes. Somos los que estamos siempre en la popular, parados e incómodos, sin tener acceso directo a las celebridades.
Por eso, los judíos no pueden comprender la obra de Jesucristo. Para ellos, Dios es alguien demasiado Santo y lejano como para tener una relación personal. Pero eso es justamente lo que Cristo nos ofrece hoy. ¡Podemos entrar al lugar santísimo todos los días, si queremos, y nadie puede impedirnos la entrada!
Tres mil años después del tabernáculo, Dios corrió esa cortina, y hoy tenemos libre acceso a su santa Presencia. Hoy Dios espera que estés delante de su Trono y que le hables, tiene tiempo para dedicarte, y tienes un lugar VIP en el Reino de Dios.
Ya no hay más colas esperando ser atendido, ni amontonamiento para sacar numero. Hoy Dios te da el lugar exclusivo al lado de su Trono para que le hables con confianza y le cuentes todo lo que te pasa. ¡Gracias Señor Jesús por abrirnos la entrada!
REFLEXIÓN – Cristo corrió la cortina, aprovechalo.
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