6 de enero – Propuesta

“Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía.” Daniel 1:8 (RVR)
La historia de Daniel, es muy conocida. Era un niño de apenas 8 años y se encontraba en un país extranjero, lejos de su familia y amigos, con hombres que hablaban un idioma extraño, en una sociedad con otras costumbres. No debe haber sido nada fácil la situación de Daniel, tan chiquito y con tan pocas posibilidades de progresar.
Y en medio de tantas circunstancias adversas, él eligió obedecer a Dios. Cuando la necesidad era sobrevivir, cuando su vida estaba en peligro, cuando lo más práctico era aceptar la oferta del rey de Babilonia, un niño de 8 años, eligió ser fiel a Dios. No había nadie para censurarlo, pero él sabía que Dios lo estaba viendo.
Quizá haya sido la inconsciencia de un niño, es posible que no haya evaluado correctamente las posibilidades, o acaso pensó que sólo era un juego. Tal vez no se haya dado cuenta de las consecuencias de su decisión. Pero no creo que nada de eso haya sucedido así. Su planteo fue muy racional, la propuesta tuvo coherencia y la decisión demostró valentía.
Y Dios lo recompensó; lo premió por su fidelidad.
Actualmente, no se ven este tipo de actitudes, vivimos un cristianismo light, sin tanto compromiso, más fácil, sin complicaciones. Sin embargo, Dios sigue siendo el mismo. Hoy, muchos toman las costumbres, los hábitos, las formas, las maneras de actuar de las personas que los rodean y no respetan las normas de Dios.
Hoy, es tiempo de volver a mirar hacia adentro y aceptar el desafío. Ser distintos, vivir con las pautas de vida que la Biblia exige es difícil, pero necesario. Es mucho más fácil zafar haciendo lo que hacen todos. No se trata de la emoción de un día, no es una imposición de la Iglesia, no es cumplir con una obligación porque te ve el pastor o el maestro. No pasa por las ganas que tengas o por el estado de ánimo debido al momento que estás pasando.
Es la elección racional de un cristiano que sabe que Dios está presente. Es la constancia de mantener un estilo de vida, aunque vaya en contra de las costumbres de los vecinos. Es vivir cada minuto como Dios quiere.
REFLEXIÓN — Uno actúa, según como piensa. Pensá en Dios

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