6 de Noviembre – Burladores
“En los últimos días vendrá gente burlona que, siguiendo sus malos deseos, se mofará: ¿Qué hubo de esa promesa de su venida? Nuestros padres murieron, y nada ha cambiado desde el principio de la creación.” 2 Pedro 3:3-4 (NVI)
Burladores
El tiempo te rutiniza. A medida que pasan los meses te vas acostumbrando y lo que era especial se convierte en habitual. Cuando llegás a un trabajo nuevo, todo es una oportunidad pero luego de algunos meses te das cuenta que podés hacer un poco la plancha y dejar algunos muertos para más adelante, y tu efectividad baja.
¿Te acordás de la primera vez que participaste de la Santa Cena? Había emoción y expectativa. Luego de algunos años, la rutina nos gana y comenzamos a asistir sin sentir nada. No nos examinamos, no nos emocionamos. Cumplimos con el rito religioso, pero nuestra mente y nuestro corazón están lejos. Rutina.
A algunos cristianos en la época de Pedro les pasó eso. La primera iglesia nació con la expectativa del pronto regreso del Señor Jesús. Ellos esperaban ser arrebatados. Vivían mirando el cielo esperando ese momento maravilloso. Pero pasaron los años, algunos murieron, y no pasaba nada.
Cuando Pedro ya era viejo, algunos comenzaron a burlarse. Es cierto, no había ocurrido el arrebatamiento. El argumento de que todo está igual es muy sólido pero no lo suficientemente sólido como para invalidar la promesa de Dios. Por eso Pedro les recuerda a aquellos que se burlaban, que su actitud era la consecuencia de un corazón alejado de Dios. El corazón se les rutinizó. Iban a la iglesia pero criticaban, cumplían con los ritos pero solo por formalidad. Su corazón estaba lejos de Dios. ¿En qué se notaba? En que su vida, estaba marcada por sus malos deseos. Tal vez no eran grandes pecadores, ni asesinos, ni adúlteros, pero no eran buenos.
Sus malos deseos y su doble vida (mostrando algo en la iglesia pero siendo otra cosa en la semana) se mostraban finalmente en que se burlaban de la promesa de Dios y vivían como si pecar no tuviera consecuencias. Creían que se podían burlar de Dios y seguir sus impulsos pero se equivocaron.
Años después repetimos el error. Pensamos como ya pasó hace más de dos mil años, que puede faltar mucho, y no nos interesa ni atrae la venida de Jesucristo. Hoy es tiempo de despertar. Cristo puede venir mientras estás leyendo esto.
REFLEXIÓN – No te burles.
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