8 de Julio – Mejor


Mejor es la comida de legumbres donde hay amor, que el buen engordado donde hay odio.” Proverbios 15:17 (NVI)
Mejor
El concepto de familia hoy está destruido. Cada vez es más difícil encontrar una familia sin problemas. Separaciones, divorcios, hijos abandonados, mujeres golpeadas, hombres que se alejan e infidelidad, son temas cotidianos que a nadie asusta ni preocupa, pero todo tiene un comienzo, y como siempre, la Biblia tiene la respuesta.
Para solucionar tantos problemas familiares, hay un solo antídoto. El amor. El proverbio de hoy es un claro reflejo del comienzo de los problemas. Generalmente es en la hora de la comida cuando la familia está junta, y es allí que surgen los peores problemas.
Por eso la reflexión del sabio que es mejor comer poco donde hay paz, amor y cariño, que comer grandes manjares donde hay problemas. Porque hasta la comida cae mal.
El llamado de Dios es a mantener el amor en la familia. No es tiempo de echar culpas ni de ver quién comenzó la pelea, o dónde se originó el problema. Es tiempo de buscar soluciones, de dar cariño y de rescatar los valores.
Es muy difícil remontar una pelea familiar entre padres e hijos, entre esposos, entre primos o tíos. Mucho más difícil es cuando la pelea tiene varios años, lo cual es muy común. Tendemos a analizar quién empezó y culpa de quién es (por lo general, la culpa siempre es del otro).
Dios nos llama a crear la paz y a buscarla. Para pelearte con alguno de la familia solo tenés que pensar durante dos días seguidos las cosas malas que esa persona hace. Al llenar tu mente con tantos pensamientos negativos, terminás teniéndole bronca, y eso genera la pelea.
Pero si querés amigarte con alguno de la familia, tenés que pensar durante dos días las cosas lindas que hace. Y al llenar tu mente de tantos pensamientos positivos, terminás queriendo más a esa persona.
El amor no es un sentimiento, es una elección. Para rescatar el amor que no existe, tenés que comenzar por buscarlo dentro de ti. Dios es la fuente del amor, y lo ofrece para que sus hijos podamos amar, aun lo que no se puede amar. Que tu familia sea un centro de amor depende primero de vos.
REFLEXIÓN – Para comer con amor, tenés que poner tu parte.

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