15 de Marzo – Tesoro


«Para vosotros, los que creéis, Jesucristo es precioso.» 1 Pedro 2:7 (NVI)
Tesoro
¡Qué afirmación tan maravillosa que hace Pedro!
Es notable que cada vez que Pedro hace mención de Jesucristo, recuerda que fue despreciado por los judíos, muerto injustamente y resucitado en gloria, porque Él es Dios.
En este pasaje está hablando de la piedra que desecharon los que estaban edificando y que terminó siendo la piedra angular, la más importante del edificio.
Así es Cristo, dice Pedro. Es el ser más maravilloso y amable del universo pero las personas lo desecharon. Y aún hoy las personas lo menosprecian. Lo comparan con algún gran hombre o maestro, con algún profeta, con algún líder religioso. Recordamos en Semana Santa la pasión, muerte y resurrección de Cristo pero para muchos el tema se terminó el domingo. Se hace memoria de Cristo solo un fin de semana al año y eso alcanza para cumplir con Dios.
Pero quien conoce a Cristo y le ama, no puede mantenerse inmutable. Uno no puede menos que entristecerse al recordar las terribles injusticias de esos momentos. Pero entre tanta maldad sobresale la genial bondad de Cristo.
Su figura nunca quedó opacada, no quedó relegada sino todo lo contrario. La cruz dignifica y magnifica la persona de Cristo. El que era Dios, se hizo hombre. El que era santo, se hizo pecado. El que era el autor de la vida y quien sustentaba todo, un día murió. Y Él fue quien derrotó con su resurrección al imperio de la muerte, y nos trajo libertad.
Uno no puede mirar a Cristo sin enamorarse y caer rendido ante su persona. Uno no puede hacer menos al mirar a Cristo que cantarle por su enorme obra de amor y desear servirle y vivir como Él nos pide. Me resulta increíble pensar que el Dios Eterno y Todopoderoso me ofrezca su amistad y su presencia. Porque no hay nada más opuesto a Dios que cualquiera de nosotros. Sin embargo, Jesucristo hace el milagro de perdonarnos, justificarnos y santificarnos, para que podamos ser amigos de Dios.
¡Cómo no va a decir Pedro que aquellos que creen en Jesús, lo consideran precioso! Cristo es digno de admiración, de exaltación, de bendición, de adoración.
Cristo es preciso.
REFLEXIÓN – Solo quien mira bien reconoce un tesoro.

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