17 de Junio – Cansado

«Él fortalece al cansado y acrecienta las fuerzas del débil.» Isaias 40:29
Cansado
Un estudio realizado revela que se incrementó alarmantemente la cantidad de personas cansadas. Sin enfermedades aparentes, sin problemas cronicos, cada vez son más las personas que se suman a la frase habitual: Estoy cansado.
Tras varios meses de estudios y analisis, los medicos han determinado que dormir mal, comer mal, hacer poco ejercicio te hace estar más cansado. Es por ello que proponen hacer una vida más sana para solucionar el problema de cansancio masivo que ataca a nuestra generacion del siglo XXI. Para ello es fundamental comer frutas y verduras, y practicar regularmente algún deporte.
El problema es que con la actividad cotidiana, la sobrecarga de trabajo y las responsabilidades diarias que tenemos que cumplir, queda poco tiempo para pensar en comer bien, y mucho menos en practicar algun deporte.
Si bien esto es necesario y saludable, es solo una solucion parcial y temporal que no afecta el verdadero problema del ser humano. Las personas hoy tienen cansancio fisico, porque tienen cansada el alma. Y para esto, no hay comida o ejercicio fisico que pueda mejorar la situacion.
Isaias conocia muy bien los síntomas. Desgano, mal humor, indiferencia, apatia, desinteres era lo que los israelitas padecían. El problema social era grave, la situacion individual de cada familia era comprometida y peligrosa, el reino estaba amenazado, la paz a punto de desaparecer y la economia estaba colapsando.
Frente a todo esto, la sociedad judia en tiempos de Isaias estaba cansada. Por eso el profeta les recuerda esta solucion permanente. Dios da fuerzas al cansado. Mejor que un energizante, mejor que la droga más alucinante, mejor que la estimulacion de una alegria pasajera, Dios puede darte hoy nuevas fuerzas para vencer a tu cansancio.
No es la espinaca de Popeye, ni el sol para Birdman. Dios tiene la gracia de levantar tu ánimo caido, darle fuerza a tus manos cansadas, alentar tu corazon deprimido y sostener tu esperanza. No lo hace con argumentos religiosos, ni con promesas sin fundamento. Dios fortalece tu cansancio, sobre la fuerza de Su Persona.
Él es quien te sostiene y te alienta. Dios mismo es quien se ocupa de tu caso y te guarda. No delega este trabajo en sus angeles o serafines. Dios mismo es quien te toma en sus manos y te sostiene, quien te lleva en brazos, cuando tus piernas flaquean.
REFLEXIÓN – Dios es tu fuerza.

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