17 de Marzo – Saber


Nadie se engañe a sí mismo, si alguno entre vosotros se cree sabio en este mundo, hágase ignorante y así llegará a ser verdaderamente sabio.” 1 Corintios 3:18 (NVI)
Saber
“Solo sé que no se nada”. Pero el autor de este texto es digno de una estatua: “Si alguno no sabe que no sabe, déjalo, es un necio. Pero si alguno sabe que no sabe, enséñale, porque es un sabio”.
Nadie es tan sabio como para pensar que no necesita aprender nada, pero a veces creemos que lo sabemos todo. La única manera de poder aprender es sabiendo que necesitamos aprender. Aquel que cree que sabe todo, por lo general no escucha, no le interesa otra opinión, desmerece lo que otros dicen y nunca aprende nada nuevo. Tiene demasiado orgullo como para poder aprender algo y que no necesita nada.
Esto es justamente lo que les pasaba a los corintios. Era una ciudad con una fuerte cultura griega donde la filosofía era lo más importante. Para los corintios era mejor hombre aquel que podía filosofar con mejor didáctica (sin importar de qué hablaba). Y estaban más preocupados en conocer las corrientes filosóficas de su época que en aprender las verdades de Dios.
No es que Pablo deseche la educación, ni mucho menos. De hecho Pablo era un hombre muy instruido, lo mejor de su época. Y alienta a capacitarse, a mejorar, a estudiar para progresar. Es muy importante estudiar, crecer y capacitarse, pero lo que censura Pablo en este pasaje es la actitud de los corintios en creerse tan sabios que no tenían nada que aprender.
De esa manera era imposible madurar espiritualmente. Vemos la consecuencia en sus actitudes personales ya que había peleas, divisiones, envidia y problemas producto de la inmadurez. No sirve de nada tener mucho conocimiento si no llevamos lo aprendido a la práctica.
El simple conocimiento teórico de las verdades de Dios no te ayuda en nada. Es fundamental llevar a la práctica la enseñanza que aprendiste. No hacerlo es negligencia y comodidad. El principio de la sabiduría es el temor de Dios. Es vivir respetando los principios bíblicos aunque sean contrarios a la falsa sabiduría de nuestro mundo. No te engañes como los corintios. Solo es verdaderamente sabio aquel que entiende los mandamientos de Dios, y cambia a tiempo.
REFLEXIÓN – El sabio sabe escuchar. Escuchalo a Dios.

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