21 de Octubre – Cuentan

«Los cielos cuentan la gloria de Dios, de su creación nos habla la bóveda celeste.» Salmo 19:1
Cuentan
A veces la rutina te gana. Viajar todos los días apretado en el tren. Trabajar 10 o 12 horas con continua presión. La plata que no alcanza para llegar a fin de mes. El bombardeo continuo de malas noticias que dan los informativos a diario. El profesor que te desaprueba una vez más. La chica que dice que no a tu invitación.
Para colmo, cuando vienen los problemas a veces no encontramos respuestas a nuestras preguntas, y solo recibimos los ruidos del silencio. Parece como si Dios estuviera ajeno a tantas dificultades. Cuesta ver a Dios en días grises.
Antes que nazca Connie nos fuimos quince días de vacaciones a Córdoba con Miriam y con Juan Pi y nos sirvió para redescubrir a Dios.
Era fascinante ver la naturaleza. La fuerza de las montañas, la pureza de los ríos, la tranquilidad de las rocas, la claridad de las estrellas en la noche sin smog, la sonrisa del sol en medio de las nubes, la tranquilidad de la ruta viajando de pueblo en pueblo.
Nada había cambiado demasiado. Sabíamos que teníamos que volver al trabajo, al tren, a la rehabilitación, a la falta de respuestas satisfactorias, al silencio frente a los reclamos. Pero redescubrimos a Dios.
David tenía razón. Dios ya no habla. No habla en la zarza, ni personalmente como a los profetas. Dios ya no escribe en las paredes con su dedo, ni manda a Juan el bautista para aclarar las dudas. Pero Dios sigue hablando.
Ver la naturaleza nos habla de Dios. Es la muestra más impactante que su Poder sigue estando vigente. No se puede negar su mano en tanta belleza. Dios nos sigue hablando hoy y nos vuelve a decir que El esta. Frente a las dudas y a los recelos, la evidencia de la presencia de Dios en este mundo corrompido, es su naturaleza, que nos dice que Dios sigue estando cerca.
Esta cada mañana al levantarnos y esta cada noche al acostarnos. Tal vez no escuchemos su voz de trueno que sacude a las piedras. Pero su mano se sigue mostrando. Y si estas demasiado metido dentro del cemento gris de la ciudad, tomate un ratito para ver un árbol o para mirar el cielo. Aunque Dios no habla, todo habla de Dios.
REFLEXIÓN – Dios esta, todo lo dice.

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