21 de Septiembre – Ocupar

«Al ver que Israel había huido y que Saúl y sus hijos habían muerto, abandonaron sus ciudades y huyeron. Luego vinieron los filisteos y habitaron en ellas.» 1 Samuel 31:7
Ocupar
Fue la última batalla que peleó el rey Saúl. Y dejó la vida en el campo. Israel había sido vencido y estaba huyendo, cada cual corría para salvar su vida. Al ver esto, los pobladores de las ciudades vecinas también huyeron. El ejército que ganaba arrasaba los pueblos dominados y tomaba todo lo que veía a su paso como botín. Desde los animales y el dinero, hasta las mujeres todo pasaba de dueño.
Así que era mejor escaparse con lo poco que podía llevar antes que esperar y perderlo todo, hasta la vida. Y dejaron los pueblos vacíos. Eran pueblos fantasmas, calles sin gente y sin ruidos. Los filisteos cuando entraron, se sorprendieron. No había nada. Así que en lugar de quemar todo, se instalaron para vivir.
El pueblo de Dios había dejado un territorio que fue rápidamente ocupado por el enemigo. Era de ellos y lo perdieron porque cedieron el lugar. En lugar de resistir y cuidar lo propio, prefirieron huir y perder lo que era de ellos.
Hoy en Argentina se celebra el día de la primavera y todos los estudiantes tienen el día libre para salir a pasear y divertirse. Se juntan en los parques y están todo el día al aire libre. En mi época, llevábamos el mate, la guitarra y la pelota de football y nos pasábamos todo el día jugando a la pelota, cantando y comiendo.
Hoy los chicos llevan alcohol, droga y se desatan con el sexo en lugares públicos. Las cosas cambiaron para peor y cada vez hay menos control. Se asume que este es un día para dar rienda suelta a los instintos y todo está permitido.
Dios hoy nos llama a resistir. A defender un estilo de vida y guardar la santidad. Porque si huimos y dejamos el terreno libre, el enemigo lo invade y lo ocupa. Los filisteos del siglo XXI tienen otras armas, ya no vienen con espadas, lanzas y escudos. Ahora traen elementos más seductores para los jóvenes, que atacan tanto a sus mentes como a sus cuerpos.
En este día de la primavera, Dios nos llama a resistir y cuidar nuestro testimonio. No importa que hagan los demás, ni como se comporten.
REFLEXIÓN – Resistí, que no ocupen tu lugar.

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