Esperanza de parte de Dios en Tiempos de Desánimo

¿Alguna vez has sentido el peso del desánimo en tu vida, como el profeta lo expresaba en sus escritos?

El profeta se lamentaba diciendo:

“Los más tristes recuerdos me llenan de amargura. Siempre los tengo presentes, y eso me quita el ánimo. Pero también me acuerdo de algo que me da esperanza: Sé que no hemos sido destruidos porque Dios nos tiene compasión.
Sé que cada mañana se renuevan su gran amor y su fidelidad. Por eso digo que en él confío; ¡Dios es todo para mí! Invito a todos a confiar en Dios porque él es bondadoso. Es bueno esperar con paciencia que Dios venga a salvarnos, y aprender desde nuestra juventud que debemos soportar el sufrimiento.
Es conveniente callar cuando Dios así lo ordena. Y olvidar la venganza cuando alguien nos golpea. Debemos esperar con paciencia que Dios venga a ayudarnos.” Lamentaciones 3:19-30 (TLA)

Hoy recuerda que dichosos son los que se refugian en el Señor,

“Dios bendice a los que en Él confían. Ustedes, pueblo de Dios, vengan y prueben su bondad; verán que a quienes lo adoran nunca les falta nada. Los ricos pasarán hambre, pero a los que confían en Dios nunca les faltará nada bueno.” Salmos 34:8-10 (Traducción Lenguaje Actual)

Que este Salmo sea tu oración:

Dios mío,
ten compasión de mí,
pues a todas horas te llamo.
Yo estoy a tu servicio;
alégrame la vida,
pues a ti dirijo mis ruegos.

Dios mío,
tú eres bueno y sabes perdonar;
¡qué grande es tu amor
por los que te buscan!

Dios mío,
¡atiende mi oración,
presta atención a mis ruegos!
Cuando estoy angustiado,
te llamo y tú me respondes. Salmos 86:3-7 (TLA)

Por eso, te invito a alabar y bendecir a Dios como David:

«Tú eres mi Dios,
eres todo lo que tengo;
tú llenas mi vida
y me das seguridad.
Yo te bendigo
por los consejos que me das;
tus enseñanzas me guían
en las noches más oscuras.
Yo siempre te tengo presente;
si tú estás a mi lado,
nada me hará caer.” Salmos 16:5,7-8 (TLA)

Así que, ten ánimo en este día, el Señor ya te ha bendecido!

“Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en las regiones celestiales con toda bendición espiritual en Cristo. Y en unión con Cristo Jesús, Dios nos resucitó y nos hizo sentar con él en las regiones celestiales, para mostrar en los tiempos venideros la incomparable riqueza de su gracia, que por su bondad derramó sobre nosotros en Cristo Jesús. Efesios 1:3, 2:6-7 (NVI)

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