Lo que Dios pide de nosotros…

«Lo que pido de ustedes es amor y no sacrificios, conocimiento de Dios y no holocaustosOseas 6.6 (NTV)

“Por eso, cuando Cristo vino al mundo, le dijo a Dios: «No quisiste sacrificios de animales ni ofrendas por el pecado. Pero me has dado un cuerpo para ofrecer. No te agradaron las ofrendas quemadas ni otras ofrendas por el pecado. Luego dije: “Aquí estoy, oh Dios; he venido a hacer tu voluntad, como está escrito acerca de mí en las Escrituras”
Hebreos 10.5-7 (Nueva Traducción Viviente)

Recuerda en este día lo que Jesús hizo a nuestro favor, hoy toma su ejemplo:

«Tengan la misma actitud que tuvo Cristo Jesús.
Aunque era Dios,
no consideró que el ser igual a Dios
fuera algo a lo cual aferrarse.
En cambio, renunció a sus privilegios divinos;
adoptó la humilde posición de un esclavo
y nació como un ser humano.
Cuando apareció en forma de hombre,
se humilló a sí mismo en obediencia a Dios
y murió en una cruz como morían los criminales.
Por lo tanto, Dios lo elevó al lugar de máximo honor
y le dio el nombre que está por encima de todos los demás nombres
para que, ante el nombre de Jesús, se doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra,
y toda lengua declare que Jesucristo es el Señor
para la gloria de Dios Padre.»
Filipenses 2.5-11 (NTV)

Por lo tanto, quitémonos todo peso que nos impida correr, especialmente el pecado que tan fácilmente nos hace tropezar. Y corramos con perseverancia la carrera que Dios nos ha puesto por delante. Esto lo hacemos al fijar la mirada en Jesús, el campeón que inicia y perfecciona nuestra fe. Debido al gozo que le esperaba, Jesús soportó la cruz, sin importarle la vergüenza que esta representaba. Ahora está sentado en el lugar de honor, junto al trono de Dios.» Hebreos 12.1-2 (NTV)

Así que ofrezcamos continuamente a Dios, por medio de Jesucristo, un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de los labios que confiesan su nombre.  No se olviden de hacer el bien y de compartir con otros lo que tienen, porque esos son los sacrificios que agradan a Dios.” Hebreos 13.15-16 (NVI)

Hoy, te animo a que puedas decir como Jesús: “Aquí estoy, oh Dios; he venido a hacer tu voluntad” y a entregarle tu vida como una ofrenda dedicada solamente a Dios para poder agradarle.

«Así que, hermanos, yo les ruego, por las misericordias de Dios, que se presenten ustedes mismos como un sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. ¡Así es como se debe adorar a Dios!» Romanos 12:1 (RVC)

 

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