El costo de Seguir a Jesús

En muchas de nuestras canciones y oraciones decimos que queremos ser como Jesús, pero ¿realmente lo deseamos? ¿De verdad queremos ser como Jesús en sus sufrimientos, en su humildad, por ejemplo?

Él dijo:

El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí; y el que no toma su cruz y me sigue no es digno de mí. El que encuentre su vida, la perderá, y el que la pierda por mi causa, la encontrará.” Mateo 10:37-39 (NVI)

Ciertamente palabras muy duras de escuchar, de leer… ¡y de poner en práctica! Según un comentario bíblico “cargar la cruz” se refiere a estar dispuestos a sufrir la burla y el desprecio de la gente que no cree en Dios.

Si te fijas en las palabras de Jesús a lo largo de los evangelios, verás que él requería de sus nuevos seguidores que consideren prudentemente el costo de esa nueva vida, para que entiendan las responsabilidades de Su llamado.

Jesús ilustró este principio de una manera muy realista, dándole a la multitud que le seguía dos ejemplos prácticos: primero describió la sabiduría del constructor quien calculó el costo de los materiales que necesitaba para edificar y terminar una torre, a diferencia de uno insensato que comienza la construcción sin prever el costo de antemano, y el resultado es que no la puede terminar, quien además sufre la burla de sus vecinos.

Su segundo ejemplo trata de un rey que sale a la guerra, pero que es suficientemente astuto como para investigar acerca de la fuerza numérica del ejército opositor, de modo que si descubre que es demasiado poderoso para él, pueda enviar una embajada y negociar las condiciones de paz (Lucas 14:28-32).

Cuando viene el tiempo de prueba, de burlas, cuando enfrentas el valle de muerte o cuando las cosas no salen como esperabas, ¿piensas que has considerado el costo de esta nueva vida que estás transitando y en la cual estás poniendo toda tu esperanza?

Seguir a Jesús tiene un precio, y bastante alto, pero también tiene su recompensa:

al que soporta las dificultades, Dios lo bendice y, cuando las supera, le da el premio y el honor más grande que puede recibir: la vida eterna, que ha prometido a quienes lo aman.” Santiago 1:12 (TLA)

Y recuerda:

«Pues Dios los llamó a hacer lo bueno, aunque eso signifique que tengan que sufrir, tal como Cristo sufrió por ustedes. Él es su ejemplo, y deben seguir sus pasos.» 1 Pedro 2:21 (NTV)

Así lo expresa Pablo en su carta, en Filipenses 2: 5-8 (NVI)

«La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús,
quien, siendo por naturaleza Dios,
no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse.

Por el contrario, se rebajó voluntariamente,
tomando la naturaleza de siervo
y haciéndose semejante a los seres humanos.

Y al manifestarse como hombre,
se humilló a sí mismo
y se hizo obediente hasta la muerte,
¡y muerte de cruz!«

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