24 de febrero – Elección


“En Jehová, Dios de Israel, puso su esperanza. Entre todos los reyes de Judá no hubo otro como él, antes ni después, pues siguió a Jehová y no se apartó de él, sino que guardó los mandamientos que Jehová prescribió a Moisés. Jehová estaba con él, y adondequiera que iba, prosperaba.” 2° Reyes 18:5-7 (RVR)

No hay nada más lindo para un joven que ser el mejor. El problema es que la mayoría de nosotros nunca llegamos a serlo, siempre quedamos promediando la tabla de posiciones. No eran tiempos fáciles para Judá. Los enemigos eran más fuertes y más ricos. También más numerosos. Y el pueblo, dirigido por su rey, volvió al único camino que garantiza el éxito: Dios. Ezequías, fue un rey que amó y obedeció a Dios, ¡qué admirable ejemplo!
En medio de una sociedad corrupta, malvada y sin principios, este hombre logró volver su propia vida y la de su pueblo al verdadero camino. No fue una tarea fácil. Había muchas costumbres contrarias a los principios de Dios que estaban muy arraigadas en los los judíos.
Ezequías comenzó la transformación donde debía comenzar: en el corazón. No la inició cambiando la fachada para aparentar. Comenzó el cambio donde debía, bien adentro, donde sólo Dios puede ver.
Hay mucho cristiano careta que dice ser de una manera y actúa de otra. Que en lugar de empezar el cambio por dentro, solamente lo hace por afuera. Se da una lavadita de cara en lugar de limpiar el alma. Pero eso no sirve. Podés engañar a las personas por algún tiempo, pero a Dios no.
Ezequías educó al pueblo en los caminos de Dios. Le enseñó a amar nuevamente a Dios y a sus mandamientos. Después hizo quitar todo lo que Dios desechaba: las estatuas, los altares, y las imágenes, todo ello objeto de idolatría Y preparó el templo para continuar con los servicios diarios.
Hizo un cambio interior, que luego fue notorio. Un cambio real, un cambio del corazón. Él mismo fue el ejemplo para cambiar, dio el primer paso. Ezequías confió en Dios. Siguió colocando su esperanza en Él. Ésto nos enseña que aún cuando caminemos en integridad y obediencia a Dios, no dejaremos de tener obstáculos. No es fácil la vida del cristiano, pero es hermosa. Y te puede hacer mejor.
REFLEXIÓN — La excelencia es una elección.

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