29 de Septiembre – Antes


El labrador para participar de los frutos, debe trabajar primero.” 2 Timoteo 2:6 (RVR)
Antes
Tenemos un ministerio de acción social en la iglesia, en donde colaboramos con aquellos que tienen menos recursos, para ayudarlos en la diaria con una caja de alimentos semanales. Es un ministerio silencioso y complicado de mantener en el tiempo. No se lleva los aplausos, porque se hace siempre en secreto y demanda mucho esfuerzo en comprar la mercadería y tener el discernimiento para distribuirla.
Para conseguir fondos para el ministerio, quien lo coordina comenzó hace varios años a generar humus de primera calidad, y luego a ofrecer plantines de tomates, lechuga, albaca, zapallos y otras verduras. Con lo recaudado por la venta de estos elementos, se sostiene el ministerio.
Para un muchacho de departamento y cemento como yo, la experiencia de cultivar una huerta era algo que no hubiera pensado. Pero para colaborar, comenzamos a comprar humus y plantines. Obviamente, luego hubo que plantarlos y cuidarlos. En esto, el mérito se lo llevan Amelia (mi suegra) y Connie, que son las más labradoras.
Pero aprendí en la práctica esta definición de Pablo que era tan gráfica para Timoteo, todo tiene su tiempo. La naturaleza no improvisa, ni se apura. Por más que querramos empujarla, se toma su tiempo para accionar. El tomate aparecen solo luego de un proceso de crecimiento. Nada para Dios es instantáneo, pero nos cuesta aceptarlo por nuestra ansiedad. De la misma manera que hay que cuidar, regar y desmalezar la finca para que los tomates crezcan bien y generen frutos, así también debemos esforzarnos en mejorar nuestra actitud, nuestros pensamientos, capacitación, comunión y integridad espiritual para poder dar frutos.
Claro, todos queremos disfrutar de los beneficios sin trabajar antes, pero Dios mantiene su regla en todos los aspectos. Dios demanda esfuerzo y sacrificio antes de recibir el premio. Es imposible ser un buen maestro de escuela dominical, si primero no pasamos largos años aprendiendo la Biblia. Es imposible ser un buen consejero espiritual, si primero no pasamos por la escuela del sufrimiento y del aprendizaje de escuchar más que de hablar. Es imposible tener una permanente comunión con Dios, si no trabajamos cada día en leer la Biblia y disfrutar de su presencia, en esforzarnos para orar, apagando la tele, el facebook o la play station. ¡Claro que es un sacrificio y demanda mucho tiempo!
REFLEXIÓN – Hay que trabajar antes de disfrutar.

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  1. Es necesario conocer a Dios cada día leyendo la Biblia judía les dijo a sus discípulos mirando lo viñedos les dijo yo soy la vid y vosotros los pampanos el que permanece en mi y yo en el ese lleva mucho fruto conozcamos a Dios a su manera