15 de abril – Muro
«Grabada te llevo en las palmas de mis manos; tus muros siempre los tengo presentes.» Isaías 49:16 (NVI)
La famosa película The Wall (el muro), escrita sobre la canción homónima del grupo Pink Floyd, cuenta la historia de un cantante famoso que a pesar del éxito alcanzado nunca encontró la felicidad. Una infancia triste, maestros muy duros, la pérdida de su padre en la guerra, la aflicción de una adolescencia sin guía y otros problemas, crearon un ser que en el escenario hacía delirar a miles de personas, pero en la intimidad era un fantasma deprimido y sin vida.
Se había creado un muro de fantasías a su alrededor con el que intentaba protegerse de las amenazas externas, pero ese muro sólo conseguía confinarlo y angustiarlo cada vez más. Toda su vida la había dedicado a poner ladrillos en esa pared que lo aislaba y cada día que pasaba, la pared se hacía más grande. Hasta que, finalmente, en la fantasía de la película es juzgado por un tribunal y condenado a salir de su encierro. Le destruyen la pared que había creado, desprotegiéndolo, sólo para que otras personas tomen de las ruinas de su muro con el objeto de construirse sus propios muros.
Un triste final que parecía no terminar nunca. Mientras leía este pasaje de Isaías, mi mente voló nuevamente a aquella película. Dios también tiene muros. Pero su finalidad es bien distinta a la del muro de la película. Lejos de querer aislarte, y dejarte solo en tus peores momentos, Dios desea formar muros de contención, de sostén y de ayuda a tu alrededor. Sus muros son como las murallas de las antiguas ciudades, que servían para resistir los ataques de los enemigos y guardar seguros a sus moradores.
Dios tiene el mismo propósito con vos. Por eso, aclara Isaías que Dios te lleva grabado en la palma de Su mano. No sos uno más del montón. No pasás desapercibido entre los millones de seres angelicales y los millones de seres humanos a los que Dios debe atender a diario. Para Dios, sos una marca importante en su propia mano. No sos cualquier cosa, sos fundamental para Dios.
Por eso quiere cuidarte y sostenerte. Puede ser que hoy te sientas como el protagonista de la película, encerrado, solo, triste y angustiado, cargado de problemas y sin soluciones. Intentás dar una imagen de felicidad pero por dentro estás destruido y con problemas. ¡Aferrate del Muro de Dios!
REFLEXIÓN – Estás en la palma de Dios.
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