24 de junio – Imposible
“Yo soy el Señor, Dios de toda la humanidad, ¿Hay algo imposible para mí?” Jeremías 32:27 (NVI)
Si me hubieran preguntado hace cuatro años si mi hijo podría cursar primer grado, les hubiera respondido que era imposible. Médica y humanamente hablando era una posibilidad fuera de toda lógica. Su enfermedad jamás se lo permitiría. Un nene con parálisis cerebral, que no podía sostener la cabeza erguida, jamás podría ir al colegio.
Hoy Juampi trajo su boletín de calificaciones y, con Miri, estábamos algo tensos por saber cómo le había ido en este primer semestre. Como padres, en casa ponderamos sus virtudes y disimulamos sus limitaciones, tratando de suplir lo que él no puede hacer con nuestro esfuerzo. Pero en el mundo exterior no estamos para asistirlo y tiene que lucharla solo.
En el colegio depende de su capacidad e inteligencia para progresar o fracasar. Así será durante toda su vida, y nos preocupa que sea independiente para manejarse solo. Este boletín es el primer indicio objetivo de esta capacidad del gordo. Y nos pusimos ansiosos por saber cómo se había desarrollado en su colegio.
Nos emocionó hasta las lágrimas leer que nuestro hijo obtuvo calificación muy satisfactoria o satisfactoria en todas las materias. No podíamos creerlo. Juampi es un alumno ejemplar y se desenvuelve muy bien en el colegio. Aprende, participa en clase, es buen compañero y además, responsable. Lo que soñábamos hace algunos años como un imposible hoy es una innegable realidad.
Cuando Alejandra nos regaló este texto, una vez más se conmovió mi alma. Es cierto que pasamos momentos duros y difíciles. Días de dudas y de angustias muy fuertes, noches de quejas y de reproches por tantas cosas que padecemos y no podemos explicar. Pero una vez más, la gracia de Dios vuelve a demostrarnos que para Él no hay nada imposible. Dios sigue siendo el Todopoderoso Señor de la humanidad y puede hacer milagros asombrosos hoy también.
Tal vez vos seguís esperando un milagro que no llega. Tal vez estás en esa etapa triste y dolorosa del sufrimiento y la postergación de soluciones. Jeremías vuelve a recordarte que para Dios no hay nada imposible. Él puede hacerlo todo. Para Dios todo es fácil. Sólo debemos aceptar que hay veces en que Él prefiere no actuar, y en esos casos, no se trata de que no pueda solucionar el problema. Es que tiene otro plan distinto del nuestro.
Pero no dudes de Dios. Él puede.
REFLEXIÓN – Nada es imposible para Dios.
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