31 de Diciembre – Fundamento
“Cuando los fundamentos son destruidos, ¿qué le queda al justo? El Señor está en su santo templo, en los cielos tiene el Señor su trono, y atentamente observa al ser humano.” Salmo 11:3-4
Fundamento
De chico, mi abuela me enseñó a armar casas con naipes. Poniendo dos naipes en forma de V invertida, lográs un apoyo. Armando otra V invertida y poniendo un naipe en forma horizontal, obtenés el primer piso. Así podés ir subiendo, hasta que el pulso te lo permita. Cuanto más alto subís, tanto más inestable se pone la casa de naipes. Porque el fundamento es endeble. Y es muy factible que todo se derrumbe.
En estos días es bastante común que aquellos en quienes confiabas te defrauden, que aquellos de quienes esperabas una actitud madura y contenedora, actúen como niños inmaduros y caprichosos. Se desmorona tu casa de naipes con suma facilidad. Y solo quedan ruinas. Algo similar le había pasado a David. Su confianza estaba por el piso. Los problemas le habían pasado por arriba y lo habían aplastado.
Había sido un joven fiel a Dios y a su rey. Había actuado con respeto y valentía. Había confiado en la misericor día de Dios y en la fuerza del rey. Pero ahora todo había cambiado. De heroe a proscripto por celos enfermizos. De soldado fiel a subversivo por causa de la envi día de un rey inmaduro. Y David se sentía defraudado.
Todo sobre lo que había basado su confianza, había desaparecido. Los fundamentos de su vida, estaban hechos pedazos. Su rey lo estaba persiguiendo para matarlo sin razón. Dios no respondía a sus súplicas de ayuda y parecía mirar para otro lado. Su familia lo había dejado solo. Sus amigos habían desaparecido. Todos en quienes había confiado, le habían fallado. Estaba mal.
¿Qué le queda al justo? Pregunta enojado y triste. Y se responde: Dios. Dios siempre está. Cuando los fundamentos sobre los que sostenes tu vida se desmoronan, cuando todos los demás te fallan y te buscan para destruirte, cuando la soledad golpea la puerta, cuando el problema te aplasta y no te deja respirar, Dios sigue estando en Su Trono.
No importa cuantas cosas pasaron en este año, hay algo que es seguro. Dios estuvo, está y estará siempre sentado en Su trono. Él tiene el control. Aunque los fundamentos de tu vida se caigan como una casa de cartas, Dios sigue siendo la roca firme y eterna sobre la cual sustentarte.
REFLEXIÓN – Dios es tu Fundamento.
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