7 de Agosto – Imitar


Si no se ejecuta enseguida la sentencia para castigar una obra mala, el corazón de los hijos de los hombres se dispone a hacer lo malo.” Eclesiastés 8:11 (NVI)
Imitar
¡Qué gran verdad nos deja Salomón en este corto pasaje! Cuán categórica es su afirmación. Hay frases que merecen estar en un marco, y esta es una de ellas. Es cierto que los malos ejemplos siempre se copian mucho más rápido y mejor que los buenos ejemplos. La historia de la humanidad demuestra que a medida que pasa el tiempo, las personas actúan cada vez peor.
Y en lugar de mejorar sabiendo los errores pasados, se utilizan como punto de partida, para realizar peores acciones. A pesar de los pequeños logros conseguidos por la humanidad, los malos ejemplos siguen incrementándose.
Esto es aún peor si lo pensamos de un hijo de Dios. Porque a pesar de tener en el Señor Jesús el máximo ejemplo de perfección y pureza, muchas veces imitamos las malas acciones con mayor facilidad. Nos copiamos de los malos modos que vemos, copiamos el lenguaje, la manera de actuar, la manera de vestir, la manera de pensar de los que nos rodean, cosas que ofenden a Dios. Y se transforma en algo tan común que no nos damos cuenta si está bien o está mal.
Generalmente fallamos al no comparar eso con Cristo. Porque si ponemos cualquier decisión o acto frente a la luz de Cristo, será muy fácil decidir si es correcto o incorrecto. Si tenés dudas es porque es incorrecto.
Si fuéramos realmente conscientes que estamos todo el tiempo ante los ojos infalibles de Dios, y que Él nos ve en cada momento y sabe qué estamos pensando y haciendo, nos cuidaríamos mucho más y prestaríamos mucha más atención al actuar o pensar, o al copiar alguna moda. Para los seres humanos es necesario que se castigue al malo, para no imitar su ejemplo. Si se dejan las malas acciones sin castigar, se promueve esa mala conducta.
Pero para los hijos de Dios, debería alcanzarnos y sobrarnos con mirar el ejemplo de Cristo, y en lugar de tratar de imitarlo por miedo al castigo, deberíamos desear imitarlo en agradecimiento por su amor, por respeto a Su Persona, porque es maravilloso. Jesucristo es digno.
REFLEXIÓN – Cristo es el mejor ejemplo a imitar.

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