Salmos para Momentos de Angustia

Mira cómo se sentía David, y reflexiona hoy si te has sentido igual en alguna ocasión:

Oh Señor, ¿hasta cuándo te olvidarás de mí? ¿Será para siempre?
    ¿Hasta cuándo mirarás hacia otro lado?
 ¿Hasta cuándo tendré que luchar con angustia en mi alma,
    con tristeza en mi corazón día tras día?
    ¿Hasta cuándo mi enemigo seguirá dominándome? Salmos 13:1-2 (NTV)

En nuestro tiempo de oración está muy bien que le contemos al Señor cómo nos sentimos, pero también debemos hacer lo que David hizo unos párrafos más adelante en ese mismo salmo:

Pero yo confío en tu amor inagotable; me alegraré porque me has rescatado. Cantaré al Señor porque él es bueno conmigo. Salmos 13:5-6 (NTV)

Recuerda quién es Él y lo que Él ha conseguido para ti. Por eso David también decía:

El Señor es mi luz y mi salvación,
    entonces ¿por qué habría de temer?
El Señor es mi fortaleza y me protege del peligro,
    entonces ¿por qué habría de temblar?

Aunque un ejército poderoso me rodee,
    mi corazón no temerá.
Aunque me ataquen,
    permaneceré confiado.
Salmos 27:1,3 (NTV)

Nunca olvides las promesas de Dios para ti, El Señor te dice:

«Rescataré a los que me aman;
    protegeré a los que confían en mi nombre.
 Cuando me llamen, yo les responderé;
    estaré con ellos en medio de las dificultades.
    Los rescataré y los honraré.
Los recompensaré con una larga vida
    y les daré mi salvación». Salmos 91:14-16 (NTV)

Así que hoy día descansa con la seguridad de que Dios es nuestro amparo y fortaleza, Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, Y se traspasen los montes al corazón del mar.”  Salmos 46:1-2

Hoy encuentra reposo en Su Presencia!

Sólo en Dios halla descanso mi alma; de él viene mi salvación. Sólo él es mi roca y mi salvación; él es mi protector. ¡Jamás habré de caer!” Salmos 62:1-2 (NVI)

Y ora al Señor, reconociendo que Él es digno de toda adoración!

“SEÑOR, nosotros no merecemos recibir ningún honor; todos los honores deben ser para ti. Sólo tú debes recibir la gloria por tu fiel amor y lealtad.” Salmos 115:1 (PDT)

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