11 de octubre – Intolerancia
“No destruyamos la obra de Dios por causa de la comida (…)” Romanos 14:20 (RVR)
Si había algo que preocupaba a Pablo era, especialmente, la armonía en la Iglesia. Hoy parece algo de poca importancia, pero para la iglesia de ese momento era un tema muy serio el de las normas que regían para elegir y preparar los alimentos..
La realidad era que la gran mayoría de los primeros cristianos eran judíos, hombres que habían vivido y heredado una serie interminable de normas y reglamentos para vivir. Entre todas esas reglas, se encontraban las prohibiciones de comer carne de reptil o de cerdo.
El cristianismo trajo la libertad de aquellas normas, y los que recibieron a Cristo se encontraron con una nueva regulación para sus vidas. Ya no existían tantas leyes prohibitivas, en su lugar había un concepto basado en el respeto y en el amor. Y era inevitable el choque dentro de la iglesia, de ambas posturas. Por un lado los judíos tradicionalistas que se habían formado con la rigurosa ley de Moisés y que querían mantener sus costumbres, y por otro lado los gentiles, que se negaban a cumplirlas, y además, las criticaban.
Pablo en todo momento sostuvo la necesidad de conciliar. De no actuar con dureza, de no criticar, ni menospreciar, ni censurar la actitud del otro, sino de buscar lo mejor. Y terminó el tema con este texto magistral. No podemos destruir la obra de Dios por una discusión sobre la comida. Que cada uno actúe con santa conciencia.
Hoy, si bien son otros los temas que discutimos, también hay posturas más abiertas y más cerradas. Y cada uno tiene su razón. Hay tanta intolerancia como en los tiempos de Pablo. Nadie habla de cambiar la doctrina, porque la doctrina no se negocia. Pero hay costumbres que generan discusión. Debemos aprender a escuchar, y a no creer que nuestra posición es única. Hay tradiciones que fueron buenas porque en su momento tenían una finalidad específica acorde con la época, pero que cumplieron un ciclo.
Nadie en su cabal juicio, podría decir que usar la radio para predicar el evangelio estuviera mal. Sin embargo, no se menciona la radio en la Biblia. Es sólo un método o un elemento más para lograr el fin de evangelizar. Es tiempo de abrir la mente, de ser más creativos, y con respeto y decisión, usar los mejores medios para los mejores fines.
Cualquiera sea el motivo de la diferencia de opiniones: ¡NO DESTRUYAMOS LA OBRA DE DIOS!
REFLEXIÓN — La intolerancia es mala consejera.
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