14 de Octubre – Trinchera
«Sino poderosa en Dios para la destrucción de fortalezas.» 2 Corintios 10:4
Trinchera
Cuando promediaba la primera guerra mundial, un grupo de sargentos alemanes que habían estado luchando en las trincheras, ingresaron como instructores a la Academia Militar Alemana. Allí les enseñaban a los nuevos soldados a desfilar y a disparar el fusil contra un blanco sin desalinear el uniforme.
Estos hombres habían estado en las trincheras durante dos años y sabían como sobrevivir. Sabían que la realidad en el campo de batalla era muy distinta a lo que se contaba en esa academia. Vieron con horror como la instrucción recibida en ese lugar iba a condenar a esos hombres a una muerte rápida y segura. Así que comenzaron a entrenar a los nuevos soldados a como moverse en la trinchera, como tomar un lugar conveniente y mantenerlo, donde planta una ametralladora para defender mejor una posición. Los entrenaban para la guerra no para un desfile militar.
Pablo tenía la misma idea cuando les escribe a los corintios. Detrás de la filosofía religiosa, más allá de las costumbres y ritos de cada iglesia y las formas de cada culto, hay una continua batalla contra el reino de las tinieblas que estamos luchando. Pero nos olvidamos. Y en nuestra academia militar que tenemos en cada iglesia, se nos enseña como marchar en fila, y acatar órdenes. Es todo muy prolijo, muy ordenado, tal vez vistoso, pero alejado de la realidad. La realidad está en la trinchera.
La enseñanza que recibimos a veces no nos ayuda cuando estamos luchando en la dura trinchera contra la tentación y el pecado. No fuimos educados para salir a conquistar al enemigo y nos creemos que la realidad es la que vivimos el domingo a la tarde. Hay poca conciencia de la batalla que estamos peleando.
La pauta se puede ver el domingo a la noche, cuando los que vienen (porque muchos ya se quedan en la casa porque están cansados o tienen otros planes más divertidos), ni siquiera escuchan al predicador de turno. Ni se les ocurre orar para que Dios lo sostenga e ilumine. Jamás invitan a un amigo a escuchar el mensaje. Solo asisten para cumplir el rito de domingo.
Hoy Dios nos llama a despertar. Tenemos una lucha, y tenemos la victoria. Solo hace falta que cambies la estrategia. Despertá en tu trinchera.
REFLEXION – Dios te llama a la lucha.
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