27 de enero – Seguir
“Volviéndose Jesús, y viendo que lo seguían, les dijo: ¿Qué buscáis? Ellos le dijeron: Rabí ¿dónde vives?” Juan 1:38 (NVI)
El ministerio de Juan el bautista era muy próspero y tenía muchos discípulos. Pero, cuando Jesús apareció en escena, el mismo Juan alentó a sus discípulos para que lo siguieran. Tuvo la grandeza de perder fama, para que Jesús fuera exaltado.
Juan había hablado de lo grande y poderoso que era Jesucristo, de que era el Mesías esperado, el Elegido de Dios. Dos hombres de los que estaban con Juan decidieron ir detrás de Jesús. Seguramente tenían vergüenza de acercársele. Eran hombres comunes, trabajadores como tantos de nosotros. Jesús parecía ser muy especial, un gran Maestro, alguien que no se fijaría en ellos, precisamente, por ser tan comunes.
Y lo seguían a cierta distancia, en silencio, sin querer molestar. Iban detrás de Él con respeto, para ver qué pasaba. Y, como siempre, Jesucristo se anticipa. Conociendo sus pensamientos, se adelanta a sus interrogantes. Sabiendo de sus dudas, de sus temores, de su inseguridad, les pregunta, y con ello les da pie para poder acercarse.
¿Qué buscás al seguir a Jesús?
Algunos buscan fama. Son individuos que en su vida secular pasan inadvertidos y pretenden destacarse en algo en la iglesia. Otros procuran compañía, las personas solitarias o marginadas que dentro de la iglesia son recibidas con afecto. Otros persiguen una solución mágica para sus problemas, y creen que practicando ciertos ritos y cultos, lograrán la ansiada respuesta. Otros intentan conseguir novio o novia, y la iglesia es un lugar apropiado para encontrar gente buena.
Pero los discípulos no buscaban nada de eso. Ellos querían estar cerca de Jesús. Ni una posición social, ni una compañía, ni una solución. Sólo anhelaban poder escucharlo y aprender de Él. Ellos deseaban disfrutar de la presencia de Jesucristo. Habían descubierto el precioso secreto: Es más importante estar con el Señor de la obra, que en la obra del Señor. No intentaban estar a cargo de ministerios en la obra de Dios, querían pasar un rato con el Dios de la obra.
Hoy tenés una invitación para acercarte a Jesús. Él te está esperando, y desea que lo hagas para que puedas disfrutar de su preciosa persona.
Jesucristo es excepcional, único y maravilloso, y para descubrirlo y amarlo, hay que pasar tiempo con Él. Que hoy dispongas el tiempo para disfrutar de Jesús.
REFLEXIÓN — Si buscás bien, encontrás.
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