27 de Septiembre – Pisá


Jehová. Dios de Israel, no hay Dios semejante a Ti en los cielos ni en la tierra, que guarda el pacto y tiene misericordia con tus siervos, que caminan delante de Ti con todo su corazón.” 1 Crónicas 6:14 (NVI)
Pisá
La grandeza de Salomón puede verse en la oración de la dedicación del templo. Era un hombre que lo tenía todo pero al momento de ser honesto, dijo lo que debía decir.
En primer lugar, le dio toda la gloria a Dios. Supo reconocer su Grandeza y Exclusividad. No hay nada ni nadie que pueda compararse a Dios. Aunque los hombres inventen otras religiones y dioses, nada puede comparase con Dios.
También reconoce la fidelidad de Dios. Dios es fiel y mantiene su Palabra y sus Promesas. Dios no cambia según la conveniencia, no es más bueno o más severo, según la ocasión. Dios es siempre fiel. Él no puede negarse a sí mismo, no puede dejar de ser fiel, porque es Dios. Salomón sabía esto, y lo reconocía.
Pero también, el hombre más sabio, reconoce que la misericordia de Dios está condicionada. Sabe que para recibir la bendición de Dios es necesario caminar cerca de Él, con un corazón que le es fiel a sus mandamientos.
Dios no tiene nietos para malcriar. Él tiene hijos y el mandamiento para sus hijos es la obediencia. Un Dios tan grande y terrible, que es tan fiel, no puede soportar que lo desechemos y no le demos el primer lugar en la vida.
La antigua oración de Salomón sigue siendo, tan vigente como hace miles de años, y puede ser un muy buen modelo para imitar. Reconocer la grandeza de Dios y su fidelidad, es un recordatorio de lo que Dios es, y una ayuda al momento de adorar. Pero a la vez, un llamado de atención sobre nuestra conducta.
Para poder disfrutar de las bendiciones de Dios es necesario caminar delante de Él con todo el corazón. Quizá tu paso no sea tan derecho, quizá estás a los tropezones y por eso no podés disfrutar de las bendiciones de Dios.
Es hora de volver a la oración, y de reconocer a Dios como lo hizo Salomón.  Una mirada interior sincera, puede ser el primer paso para caminar cerca de Dios.
REFLEXIÓN – Pisá fuerte, caminá cerca de Dios.

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