30 de Marzo – Agua

“Por esto orará a ti todo santo en el tiempo en que puedas ser hallado; ciertamente en la inundación de muchas aguas no llegarán estas a él.” Salmo 32:6
Agua
Hace tres años, hubo para Marzo un temporal. Llovíó durante más de cinco días. La zona más afectada fue la zona de Santa Fe. La misma provincia que hace algunos años, sufrió la peor inundación en la historia del país, estuvo nuevamente acorralada por el agua. Hubo más de 10 mil evacuados y más de 50 mil damnificados. No se dictaron clases y casi todos los servicios estuvieron colapsados.
En medio de tanto sufrimiento y tanta agua, las personas se volvieron más religiosas pero el agua no se detienía, cada vez llovvía más y avanzaba.
David podía decir hace tantos años, que él no temía a las inundaciones porque Dios tiene el poder de detenerlas. Nada es más poderoso que Dios, así que nos recomienda rogarle a Dios su ayuda para salir del problema. Y si hubiera inundaciones, no van a llegar a donde están sus hijos. David confiaba en esa promesa.
El problema es que hoy, hay muchos que tienen el agua en la casa, que se les arruinaron los muebles, que perdieron sus electrodomésticos, porque el agua llegó donde estaban y siguió de largo. Parecería que esta vez, no pudo detener el agua, y esta quedó sin control. Mirando la ciudad de Santa Fe, parecería que David se equivocó y que la inundación si afecta y daña.
Por eso, agrega la siguiente frase: Tú eres mi refugio; me guardarás de la angustia; con cánticos de liberación me rodearás. David podía decir, que a pesar de estar bajo el agua, en medio de problemas, sin aparente respuesta de Dios, él confiaba en Dios, porque Dios lo guardaba de la angustia y le daba seguridad. Aun en el peor de los problemas, Dios es tu refugio y tu fortaleza.
Si hoy estás en medio de una inundación terrible y sufriste grandes pérdidas, si hay problemas en tu matrimonio y no encontrás respuestas, si te falta el dinero y pasás por un tiempo de sequía, si el éxito te esquiva y la soledad te saluda a diario, si tu problema te está quitando la paz de tu alma y te produce angustia y enojo, David te recuerda que Dios es tu refugio.
REFLEXIÓN – Dios te seca la angustia del alma.

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