5 de julio – Renovar
“Pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas.” Isaías 40:31 (NVI)
Después de la operación de Juampi, llegaron otros inconvenientes que, comparados con la complejidad de la operación del gordo, fueron menudencias. Apenas nos dieron la noticia de que la operación había sido un éxito, glorificamos a Dios por su fidelidad y misericordia. Era casi imposible que los médicos completaran la operación, porque el procedimiento era muy largo y Juampi iba a perder mucha sangre. Pero lo hicieron. Dios sostuvo al pequeño y salió victorioso.
Después aparecieron algunas complicaciones que no habíamos previsto. Teníamos que cuidar de Connie y también de Juampi. Así que nos dividimos con Miri las tareas. Yo me quedaba con Juampi durante la noche y la mañana, y ella me reemplazaba por la tarde. Entonces invertíamos los lugares y yo me quedaba con Connie por las tardes. Pero después, a causa de la tensión que habíamos tenido antes de la operación y durante ella, habíamos quedado extenuados, y los días posteriores tampoco pudimos descansar.
La preocupación por Connie, para que pasara sus días lo más feliz y normal posible sin restarle amor y cuidados, más los horarios de la clínica, en la que te despiertan por la noche cada dos horas para hacer los controles normales, la medicación y las demás revisiones, resultaron en jornadas agotadoras. Si a todo eso, se le agregan dos noches en que no tuvimos otro remedio que quedarnos casi sin dormir, se entenderá que el ritmo que vivimos esos días se tornó insoportable.
Y cuando pensábamos que ya no podíamos más, milagrosamente, Dios renovó nuestras fuerzas, y volvimos a sonreírle a Connie mientras jugaba en casa, o nos despertábamos de madrugada con Juampi para que no estuviera solo cuando le aplicaban su medicación. Connie jamás se cansa y – de la misma forma en que suele hacerlo habitualmenteen esos días tan extenuantes para nosotros, continuaba queriendo jugar y reír, reclamando atención y desparramando vitalidad todo el tiempo, y había que seguirle el tren. Es que, a pesar del cansancio, con Miriam seguíamos dándole su espacio y sus momentos de risas y juegos.
Además, Juampi estaba más mimoso por la operación, y también en su caso le seguimos dando con Miriam los besos, la compañía y las caricias que reclamaba. ¿Somos súper héroes con poderes especiales? No, definitivamente, no aunque a veces, por mi parte, quisiera poder serlo, pero Dios nos da de su Gracia y nos renueva constantemente nuestras agotadas fuerzas. Y el antiguo texto de Isaías, tan comentado durante años, para nosotros ha sido en esa ocasión y lo es también hoy, una potente realidad. No se trata de misticismo, es practiquísimo.
REFLEXIÓN – Dios es tu vitamina fortalecedora.
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