10 de agosto – Conocer

“Y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.” Juan 8:32 (NVI)
Tomo generalmente el tren para ir a trabajar. El viaje lleva 35 minutos en tren y 10 minutos en subte. La frecuencia entre un tren y otro es de aproximadamente 10 minutos. Como se trata de hora pico, viajamos algo apretados, pero es aceptable. El problema se origina, cuando alguna formación se retrasa. Si así sucede, comienza un viaje caótico En una ocasión tardó casi una hora en llegar. ¡Habían pasado 45 minutos y el andén explotaba de gente!
El tren llegó, obviamente, ya lleno, pero la necesidad de viajar nos obligó a hacer presión y entramos. Dentro del tren no había ninguna posibilidad de moverse por falta de espacio. En la siguiente estación, se bajaron dos pasajeros y quisieron subir treinta. Más presión, menos lugar, menos movimiento. Así fueron pasando varias estaciones. El tren marchaba muy lento y nadie sabía por qué. Hasta que finalmente alguien dijo: “Parece que descarriló un tren en la estación Urquiza”. Sí, era cierto, la vía estaba cancelada y eso justificaba la tardanza en el recorrido. Pero nadie sabía con seguridad qué estaba pasando ni cuál era el problema.
El viaje era insoportable y estaba llegando muy tarde a trabajar. Y tuve que elegir: podía bajarme y tomar otro medio de transporte, o quedarme en el tren y hacer el recorrido de siempre. La primera opción, en circunstancias normales, era la más lenta pero hoy parecía la mejor alternativa. La duda me invadía y no sabía qué hacer. Una mala decisión, podría resultar en que llegara al trabajo más tarde todavía.
Antes de llegar a Urquiza, el tren hace marcha atrás y cambia de vía. Al arribar a la estación vimos el tren que había descarrilado y supimos con certeza qué estaba pasando, así que decidí quedarme en el tren. Cuando pasó el lugar del accidente, las cosas volvieron a la normalidad. El tren comenzó a transitar a la velocidad habitual y el resto del camino fue como siempre. Tomar una decisión antes de que pasara por Urquiza y viera cómo se afrontaba el descarrilamiento, me hubiera hecho bajar del tren y tomar un camino alternativo. Y lo cierto es que hubiera llegado al trabajo mucho más tarde.
Lo único que te puede ayudar a hacer una buena elección, es tener el conocimiento. Sólo el conocimiento de la Verdad (la Biblia) puede darte la libertad de elegir bien. ¿Vos sabés?
REFLEXIÓN – Conocé para elegir.

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