12 de Enero – Renuncia


“Después de que Lot se separó de Abram, el Señor le dijo: «Abram, levanta la vista desde el lugar donde estás, y mira hacia el norte y hacia el sur, hacia el este y hacia el oeste.” Génesis 13:14 (NVI)
Renuncia
La historia de Abraham tiene un sinfín de situaciones que dejan enseñanza. La vida del patriarca fue ejemplar a pesar de sus errores. A este hombre, Dios le prometió ser el padre de una nación y una tierra por heredad. Eran tiempos donde todo estaba por ser formado. Aun no habían surgido los grandes imperios que dejaron su huella en la historia.
Y este hombre tuvo de Dios la garantía que su descendencia sería un pueblo escogido. Así que obedeció lo que Dios le pedía y dejó su tierra y su parentela para comenzar una nueva vida. Hizo casi todo bien, excepto que llevó consigo a su sobrino, hijo de su hermano fallecido. No podía dejarlo porque estaba a su cargo, así que Lot fue parte de la caravana. Durante años, Abram peregrinó esperando una señal de Dios.
No eran hombres pobres, ambos tenían una fortuna, ganado, siervos y posesiones. Y llegó un momento cuando los pastores de ambos comenzaron a pelear por el mejor pasto para sus ganados. Frente a esta situación, Abram invita a Lot a separarse y tomar caminos distintos. Y le ofrece que decida donde prefiere asentarse. Abram iría al lugar opuesto. Lot elige la llanura del Jordán y Abram sube al monte. Lo notable es que luego de esta separación, Dios le envía la señal a Abram. Desde donde estaba y alcanzara su mirada, sería la tierra que Dios le había prometido.
No le fue fácil a Abram separarse de Lot. Era familiar, estaba solo, estaba a su cuidado, eran un clan. Pero la consigna de Dios había sido clara. Tenía que dejar a su tierra y su parentela para recibir la bendición. Dios exige renuncia antes de entregar la bendición. Hoy seguramente, no te va a pedir que dejes tu barrio o a tu familia. Pero tal vez estás como Abram, caminando de acá para allá, esperando la bendición que no llega.
Y tal vez tengas algún Lot en tu equipaje que todavía no quisiste dejar. Dios te pide que renuncies, que abandones eso que te impide la comunión perfecta con Dios, para que puedas recibir la bendición que Él tiene preparada para vos.
REFLEXIÓN – Antes de la bendición está la renuncia.

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