18 de Diciembre – Método
“Me hizo bien haber sido afligido, porque así llegue a conocer tus decretos.” Salmos 119:71
Método
El 20 de Diciembre, quedo en la memoria de la Argentina como un día trágico. Ese día, hubo un levantamiento popular espontáneo que se manifestó contra el gobierno. El ministro de economía y el presidente, que eran los más cuestionados se vieron obligados a renunciar a sus cargos y la ciudadanía quedó conforme con la acción realizada. Fue una acción ciudadana necesaria, legal y espontánea. Una acción patriótica.
Pero en medio de este accionar popular hubo algunos que reaccionar en forma más violenta. Y el trágico 20 de Diciembre del 2001 varias personas murieron por la represión policial y hubo muchos heridos en ambos bandos. Después de los hechos terribles de ese día, los grupos antagónicos se echaron mutuamente las culpas. Nadie había comenzado con la violencia, cada uno tuvo que defenderse por la agresión del otro.
A pesar de tanto sufrimiento, a pesar de tanto dolor, y de tantas muertes, no aprendimos nada. Y siguen concurriendo a la Plaza de Mayo grupos de violentos que se autojustifican para usar la agresión como arma. Muy pocos hicieron un autoanálisis de sus acciones, casi nadie se hizo cargo de sus errores. Siempre la culpa es de otro.
Y me ponía a pensar lo distinto que era el salmista a todos nosotros. El sabía que cuando la vida sonríe debemos disfrutar de esos buenos momentos, pero cuando las cosas se ponen feas y comenzamos a sufrir, es tiempo de REFLEXIÓN ar. Pero nos cuesta mucho ponernos a pensar en lo que hicimos y dejamos de hacer. Somos muy buenos para juzgar las acciones de otros y echar la culpa de todo lo malo a lo que el otro hizo. Pero muy pocas veces tenemos la capacidad de mirar para adentro y juzgar nuestras propias acciones y cambiar a tiempo.
Tal vez hoy estés afligido, triste y preocupado, es tiempo de reflexión, porque es la única manera de poder comprender cuales son los decretos de Dios. Y si tu accionar quebró o violo alguno de Sus Mandamientos, es tiempo de cambiar.
La Biblia es el único parámetro sólido y estable para comprar nuestra conducta, y es muy necesario hacerlo para poder mejorar. Dios te de el valor y la convicción para hacerlo.
REFLEXIÓN – Tenemos que aprender de los errores.
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