25 de Abril – Acordate

«No esta aquí, sino que ha resucitado. Acordaos de lo que os hablo cuando aun estaba en Galilea, diciendo: Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores y que sea crucificado, y resucite al tercer día.» Lucas 24: 6-7
Acordate
Hay siempre dos caras de la misma moneda. Para que Dios pueda realizar un milagro de sanidad, primero Él permite la enfermedad. Si no hubiera permitido que aquel hombre estuviera paralítico 38 años en el estanque nunca hubiera podido sanarlo.
Para que Él pueda hacer un milagro de provisión, primero hace falta la necesidad. Si no hubiera habido hambre en la multitud que escuchaba su mensaje aquella tarde, Jesucristo no hubiera multiplicado los panes y los peses para alimentar más de 15 mil personas.
Para que se produjera el milagro de la resurrección de Jesús, hizo falta que Él muriera. Era necesario tanto padecimiento para poder dar tanta vida. Siempre hay dos caras de la misma moneda. Luego de la muerte de Jesús, Sus discípulos se angustiaron y dudaron. Tenian miedo y algunos volvieron a pesar.
No razonaron lo que Él les había dicho. Estaban confundidos. ¿Vieron ellos los dos mil años de triunfo que transcurrieron desde entonces? No. Ellos solo vieron la muerte. Ellos solo vieron hasta el límite de sus narices y no ejercieron la fe que Jesús les había enseñado.
Pero hoy tu fe puede ver a Jesús resucitado, a Jesús habiendo triunfado sobre la muerte, a Jesús que te hizo triunfar sobre muchas cosas en tu vida. Hoy podemos ver la otra cara de la moneda, lo que la muerte de Cristo trajo.
Hoy podes estar pasando por una situación muy crítica y Jesús es el mismo que murió, pero también el mismo que resucito y que ya te salvó de muchas. Uno no entiende que sucede cuando esta pasando por una enfermedad, una necesidad grave u otro problema y muchas veces tenemos la misma reacción que los discípulos. Nos angustiamos por lo que estamos sufriendo.
Cristo te quiere hacer recordar que siempre hay una razón para cada cosa. Que hay solución para cada problema. Que hay ayuda para cada dificultad. El que venció a la muerte, tiene el poder suficiente para superar tu dificultad. Hay otra cara de la moneda, para tu problema de hoy.
REFLEXIÓN – Acordate de que Jesús venció a la muerte

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